El final de dos semanas de tensión

Los puertos no estarán obligados a dar el 50% del beneficio a un fondo

Varios camiones cargan en la terminal de contenedores semiautomática de Best, en el muelle Prat, ahora a punto de ser ampliada, este junio.

Varios camiones cargan en la terminal de contenedores semiautomática de Best, en el muelle Prat, ahora a punto de ser ampliada, este junio.

CRISTINA BUESA
BARCELONA

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Han sido las dos semanas más complicadas en la relación entre la Conselleria de Territori y el Ministerio de Fomento del último año y medio. La posibilidad de que los beneficios del Port de Barcelona fueran a parar a un fondo del que se beneficiaran el resto de puertos, entre ellos sus competidores, se había convertido en un conflicto vivo. Chocaban, al fin y al cabo, dos formas de entender la gestión de estas infraestructuras: una bolsa común para repartir entre todos (algo parecido a lo que ocurre con la red de aeropuertos, donde los pequeños son mantenidos por los grandes) o bien una gestión más individualizada, moderna, competitiva, más acorde con los tiempos que corren.

El Port de Barcelona funciona a toda máquina. Ha visto cómo en los últimos años crecía en todas sus áreas. No es el primero en tráfico de contenedores (lo es Algeciras) pero sí en cruceros. Las inversiones de grandes operadores multinacionales como Hutchinson le permiten vislumbrar un futuro esperanzador. Además, después de décadas de reclamaciones, parecen encarrilados los accesos viarios y ferroviarios, que permitirán crecer más. Compiten con sus vecinos de Tarragona, Valencia y Algeciras por captar tráfico.

AMPLIACIONES DE 35 A 50/ Por eso, cuando hace un par de semanas Puertos del Estado les informó de la creación de un fondo de accesibilidad (o conectividad) que se alimentaría del 50% de los beneficios que lograran, saltaron las alarmas. Dicho fondo también captaría lo recaudado en los cánones y en las concesiones. Además, como precisamente se va a ampliar el plazo de concesiones de los 35 años actuales a 50, se garantizaban una serie de ingresos que en la capital catalana son considerables.

El presidente del Port, Sixte Cambra, acompañado por toda la comunidad portuaria se opuso y, con la complicidad no solo del conseller Santi Vila, sino del propio president Artur Mas, han desplegado una campaña para frenar la intención de Fomento y Puertos del Estado. Ayer llegaron a un principio de acuerdo en el que todos confiaban.

La negociación «intensa», según Vila, ha permitido garantizar que los ingresos que logre cada puerto «sean para el propio puerto», con lo que el 50% del que se hablaba en los últimos días quedaría neutralizado. El Consejo de Ministros aprobará hoy el Fondo de Accesibilidad Terrestre Portuaria pero este se plantea como un «fondo retribuido o remunerado» a cada instalación portuaria según lo que aporte.

TRES MESES DE MARGEN / Esto significaría que, por ejemplo, si Barcelona quisiera destinar una cifra determinada a ese fondo lo haría de forma voluntaria, con lo que la tan reclamada «autonomía financiera» que tanto el Govern como la Autoritat Portuària de Barcelona reivindicaban quedaría resuelta, comentó un satisfecho  conseller.

Así se cumpliría también la voluntad de Fomento que en boca de su ministra, Ana Pastor, defendió el martes en Barcelona que estos fondos tendrían forma de «préstamos». Así beneficiarían a quienes dejen el dinero porque lograrán mayor rédito que si lo tienen en un banco. Pero los detalles se han dejado para más adelante. La concreción, dijo Vila, llegará en forma de reglamento en un plazo de tres meses e ineludiblemente deberá contar con el beneplácito del Govern.

En el acuerdo se reconoce también el derecho de los puertos a invertir fuera de su dominio, es decir, que el cambio de la ley de puertos prevé la posibilidad de que por ejemplo Barcelona destine parte de sus beneficios a instalar el tercer hilo en la línea ferroviaria hasta Portbou (Alt Empordà) porque  así, ganaría competitividad. Puertos del Estado y Fomento evitaron comentar el pacto la espera de que la ministra lo haga hoy.