DEL CAFÉ A LA HOSTELERÍA

Los nietos del fundador de Marcilla se estrenan en el negocio hotelero con Upper

La familia Marcilla se pasa al negocio hotelero

La familia Marcilla se pasa al negocio hotelero / periodico

EVA MELÚS / BARCELONA

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Dicen los expertos que hacen falta tres generaciones para echar a pique una empresa familiar. "Es posible. Pero por eso hay que comenzar nuevos proyectos", bromea Carlos Marcilla. Su abuelo, Julián Marcilla, fundó la histórica marca de cafés en 1907 y la familia estuvo al frente hasta que en 1981 la traspasó a la empresa holandesa Douwell Egberts. Los herederos de Marcilla crearon entonces la marca Dibarcafé, pero hace seis meses que Carlos Marcilla vendió sus acciones a sus primos, el 50%, para concentrarse en Upper Diagonal, un hotel 'boutique' de cuatro estrellas y 40 habitaciones, ubicado en una tranquila zona de Pedralbes, en lo que hasta hace cinco años fue el antiguo restaurante y salón de banquetes Paradís.

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Carlos Marcilla comparte el 60% de las acciones con sus hermanos Javier y Cristina. El otro 40% se lo reparten Eduardo Prat Josep Llatser, que también son socios de Marcilla en Central Park, un restaurante funcional ubicado a unos 200 metros del Upper que sirve unos 250 menús diarios a los ejecutivos y técnicos de las numerosas empresas del entorno, a los alumnos de ESADE o del Liceo francés o a la clientela de las clínicas privadas. "La experiencia del Central Park nos hizo darnos cuenta de que había una carencia de plazas hoteleras y de servicio de hostelería de calidad en la zona", explica Prat.

INVERSIÓN DE CUATRO MILLONES

El Upper Diagonal cuenta con un restaurante para 70 comensales, el Upper Lounge Bar con entrada independiente y que en breve sumará una gran terraza. La reconversión del edificio, de unos 1.800 metros cuadrados en total, ha costado cuatro millones de euros y la previsión de facturación para el primer año es de 1,2 millones de euros. El hotel abrió puertas el 11 de febrero. Con un precio medio por habitación de 135 €, el hotel ha arrancado con una media de ocupación del 85%.

La entrada en el negocio hotelero de los Marcilla ha sido algo natural. "Cuando comercializábamos café, lo distribuíamos entre restaurantes y hoteles. Pensé que sería buena idea completar el ciclo con un restaurante propio". La alianza con Prat, un abogado con vocación por la hostelería, y Llatser, ingeniero industrial, deparó Central Park. Al buscar un nuevo local para ampliar el negocio apareció la opción del Paradís. Aquellos grandes espacios daban para más y el grupo decidió crear un hotel que fuera paradigma de la zona alta de Barcelona. De ahí su nombre, Upper.

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