la nacionalización de Bankia

Las siete cajas fundadoras de BFA-Bankia perderán casi toda su participación

La obra social, amenazada tras la entrada del Estado en el capital

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La nacionalización del Banco Financiero y de Ahorro (BFA), matriz de Bankia, tendrá un efecto inmediato para las siete cajas de ahorros que lo fundaron hace dos años, entre ellas Caja Madrid y Bancaja, que verán reducida prácticamente a cero su participación. El Consejo de BFA, presidido desde por Jose Ignacio Goirigolzarri, ha pedido la conversión en acciones del préstamo que el Estado le concedió en el 2010 por importe de 4.465 millones a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). El Ministerio de Economía ha anunciado que tras esta conversión, el Estado controlará entre el 56% y el 100% de la entidad de BFA, la matriz de Bankia donde participan las siete cajas que la crearon, y que ahora verán diluida posiblemente a cero su participación.

La participación final de las cajas en BFA, en cualquier caso, dependerá de la valoración final que realice un auditor designado por el FROB y otro nombrado por la propia BFA. Si la diferencia entre las dos valoraciones de lo que vale BFA es inferior al 10%, se tomará como buena la media de las dos, y si la discrepancia es superior, se buscará un tercer experto.

Integrantes

Así, el Estado también será el accionista mayoritario de Bankia, de la que BFA tiene más del 45%. En el 2010, Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja aprobaron integrarse bajo la fórmula del Sistema Institucional de Protección (SIP), con la que se formó BFA, que comenzó a operar el 1 de enero del 2011.

Hasta ahora, Caja Madrid era la entidad que mayor peso tenía en BFA, el 52,1%; seguida de Bancaja, con el 37,7%; La Caja de Canarias, el 2,5%; Caja Ávila, el 2,3%; Caja Laietana, el 2,1%; Caja Segovia, el 2% y Caja Rioja, el 1,3%. Una vez que el Estado controle la entidad, todas las cajas perderán su peso en el banco, lo que pondrá en peligro su obra social.

El fin de la obra social

En los últimos días, algunos líderes regionales habían pedido a los nuevos gestores de Bankia que las medidas que fueran a adoptar no perjudicasen la labor de las cajas accionistas. El presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, mostró su confianza de que el peso de Bancaja en el grupo "sea el mismo" si finalmente se aprobaban ayudas públicas para la entidad, lo que no será posible.

Aunque Economía cree que la entrada del Estado reducirá casi a cero la participación de las cajas, estas entidades podrían mantener una participación residual, inferior al 5%, e insuficiente para mantener su obra social, salvo que encuentren otras vías de financiación diferentes al dividendo de Bankia.