El futuro digital, motor de los negocios

Las actuales expectativas económicas, impulsadas por la postura monetaria expansiva del BCE, nos  llevan a pensar en la necesidad de actuar de forma distinta. El nuevo entorno económico nos dirige ya a un cambio de tendencia en el que deberíamos esperar un aumento de los ingresos provocado por la mayor demanda interna.

El mercado internacional favorece este escenario por la bajada del precio del crudo. Una bajada mitigada parcialmente por la casi paridad del euro con el dólar, con sus efectos sobre el 60% del negocio de las empresas del Ibex que ya es generado en el exterior.

No obstante, la incertidumbre política del país que en algún escenario podría llevarnos a un cambio en las directrices económicas y fiscales, el riesgo de deflación o el miedo a que la economía permanezca en mínimos de crecimiento,  juegan en contra. Son fuerzas negativas a tener en cuenta, aunque deberían quedar en segundo lugar para no caer en el inmovilismo .

Han pasado ya siete años -para algunos, unos cuantos más-, en los que muchas  empresas han visto disminuida su caja por la caída de los  ingresos y por una estructura de costes que estaba diseñada, en ocasiones, bajo la filosofía de la abundancia. Este factor y la incertidumbre generalizada  en la que hemos vivido, la realidad es que en muchas organizaciones la inversión se ha reducido durante años  y de forma generalizada.

Mientras tanto, la tecnología ha evolucionado y lo seguirá haciendo. Los negocios deben adoptar la tecnología necesaria para transformar sus actividades de forma diferencial de cómo lo hacen sus competidores para mejorar e incluso cambiar radicalmente la llegada a sus clientes. También cómo afrontar sus operaciones  en cualquier sector y mercado geográfico.

El informe Megatrends 2015, Making sense of a world in motion, de EY  describe las fuerzas de transformación que hoy y en el futuro inmediato van a alterar y remodelar los modelos actuales en los que se mueven los negocios, los sectores, la sociedades o los individuos.

Una de las principales fuerzas de este cambio es el futuro digital, alimentado por la evolución tecnológica, la evolución de los medios de comunicación, la movilidad, o el tratamiento masivo de información y su acceso inmediato. La tecnología cambia la forma con la que trabajamos e interactuamos. A su vez, impulsa el uso de máquinas y programas, que sustituyen la actividad de las personas.

Vivimos momentos clave para que las empresas consideren, si no la han hecho ya, cómo la tecnología existente puede impactar en su negocio y modelo de obtención de ingresos y  cómo puede optimizar su modelo de costes operativo.

Para que nuestro negocio crezca de verdad no basta con esperar a subirnos a la ola de crecimiento de la actividad económica, tenemos que dedicar esfuerzo  a evaluar e identificar las nuevas oportunidades que nos ofrece la evolución tecnológica. Con optimismo.