Las consecuencias de la crisis

El FMI desaconseja nuevos recortes a países en recesión

Viñals, en el centro, flanqueado por otros directivos del FMI, ayer.

Viñals, en el centro, flanqueado por otros directivos del FMI, ayer.

ROSA MARÍA SÁNCHEZ
MADRID

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Por cada 1.000 millones de euros que se recorta el déficit, la economía puede perder hasta 1.700 millones de euros. Estas son las nuevas estimaciones que ahora hace el Fondo Monetario Internacional (FMI) después de llevar años predicando la doctrina del recorte del déficit como condición imprescindible para el crecimiento económico.

En el informe sobre Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, según la sigla en inglés) presentado esta semana en Tokio, el FMI reconoce su error y acaba aconsejando que «cuando el crecimiento es peor de lo esperado, los países no deben adoptar medidas fiscales (ajustes) adicionales, que podrían hacer empeorar las cosas». Así se expresó el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, en rueda de prensa, en respuesta a una pregunta sobre Grecia y España. «Esto es un maratón, no un esprint. Va a llevar varios años», resumió.

EFECTO MULTIPLICADOR / Hasta ahora el FMI estimaba que 1.000 millones de euros de ajuste como mucho causarían una pérdida de 500 millones en el PIB. En su nuevo informe de predicciones presentado en Tokio, el FMI reconoce ahora que había «infravalorado» el efecto multiplicador del ajuste sobre el crecimiento económico al haberse dejado guiar por la experiencia de crisis anteriores.

En este momento -reconoce- la situación es diferente pues los tipos de interés oficiales ya están en mínimos históricos y los recortes son planetarios. Existe «un ajuste fiscal sincronizado en numerosas economías», se afirma. Por eso el FMI estima ahora que unas consecuencias más dañinas del ajuste y calcula que su efecto multiplicador ya no es de 0,5 puntos, sino de entre 0,9 y 1,7 puntos. Es decir, por cada 1.000 millones de recortes, el PIB puede perder entre 900 y 1.700 millones.

En España, donde el Gobierno del PP ha adoptado a pie juntillas la llamada doctrina de laausteridad fiscal expansiva, el Ejecutivo, por imposición de la Unión Europea (UE), se ha comprometido a realizar un ajuste de 2,6 puntos de PIB en el 2012 y de otros 1,8 puntos en el 2013. Pasar de un déficit del 6,3% previsto en el 2012 al 4,5% en el 2013 podría arrastrar por sí solo una caída del PIB de hasta 3 puntos difícil de compensar con reformas. El Gobierno ha estimado una caída del PIB del 0,5% para el 2013 que el Banco de España volvió a calificar ayer de «optimista».

En sus perspectivas sobre España, el FMI eleva al 1,3% el retroceso del PIB el año próximo. Además sostiene que en un escenario adverso, en el que en la UE no produjeran avances ni España adoptara reformas, la caída del PIB podría llegar al 3,2% y la prima de riesgo (diferencial entre el precio de la deuda española a 10 años y la alemana) podría llegar a los 750 puntos, frente a los ya elevados 431 puntos de ayer y a los alrededor de 200 puntos que el FMI considera ajustados a la economía española.

LA TREGUA SE AGOTA / Tan negro panorama se incluye en el informe sobre Estabilidad Financiera Global presentado por el consejero financiero del FMI, el español José Viñals. El director general del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, desdramatizó ayer el supuesto realizado por el organismo porque no constituye una previsión sino una «simulación».

No obstante, entre los expertos existe la convicción de que si el Gobierno no solicita un rescate en las próximas semanas, la prima de riesgo repuntará con fuerza. El propio Viñals trasmitió ayer que es muy importante que el mecanismo de rescate de la UE y del BCE «sea percibido por los mercados como real, no virtual» y dio la bienvenida a un posible rescate de España: «Si esa decisión se produjera, bienvenida sea, si no, pensaremos que hay razones».

LA NOTA DE S&P / La agencia de calificación Standard&Poor's rebajó anoche dos escalones la nota de solvencia de España, de BBB+ a BBB-, dejándola a un paso del bono basura y con una perspectiva negativa que podría provocar nuevas rebajas. El descenso, atribuido a la deuda española, es debido a «los riesgos crecientes para las finanzas públicas españolas debido a un crecimiento de la presión económica y política».