CONTABILIDAD PÚBLICA

El déficit del Estado se mantiene en junio por encima del objetivo del año

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. / periodico

P. A. / S. M. / MADRID / BRUSELAS

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Las cuentas siguen sin salirle al Gobierno y se encaminan a un nuevo incumplimiento de los objetivos anuales, salvo que la Comisión Europea los rebaje. El déficit de la Administración Central se situó en junio en los 21.343 millones de euros, lo que equivale al 1,9% del PIB, apenas 0,1 porcentuales menos que un año antes y 0,2 puntos porcentuales menos que en mayo. Es decir, que pese al crecimiento económico y al recorte de gastos, los números rojos siguen por encima del objetivo para todo el año (1,8%) por culpa de la rebaja fiscal que el Ejecutivo aprobó en base a unas previsiones de ingresos totalmente infundadas.  

En la misma línea que todos los expertos, la Autoridad Fiscal ya advirtió la semana pasada que era "improbable" que las administraciones públicas cumplan el objetivo del déficit del 2016, el 3,6% fijado por el Gobierno. Según sus cálculos, el agujero estará en el 4,1% o el 4,7%, en función de que se apliquen o no las medidas de corrección anunciadas por el Gobierno, lo que supone un desfase frente a la meta de entre 5.400 y 11.800 millones de euros. Para la Administración Central, augura un déficit al cierre del ejercicio del 2,1% o el 2,8%.

Prueba de la mala evolución de las cuentas de la Administración Central es que los ingresos están cayendo más que los gastos (3,9%, hasta los 79.368 millones, frente al 3,4%, hasta los 100.711 millones), cuando hace un año los primeros crecían el 3,2% y los segundos caían con más fuerza que ahora, el 5,6%. La recaudación de los impuestos, así, ha descendido un 5,5% (o 4.088 millones) en un año. Un fuerte retroceso que el propio Ministerio de Hacienda admite que "se debe al impacto de la reforma fiscal". La recaudación por el IRPF ha caído el 7 % y la de sociedades se ha desplomado el 42,4 %, cuando el departamento dirigido por Cristóbal Montoro aseguraba hace meses que crecerían un 4,3% y un 20,4% este año, respectivamente. 

MENOS DESFASE AUTONÓMICO

Hacienda también ha desvelado que el déficit conjunto del sector público, excluyendo a las corporaciones locales y al agujero por las ayudas a la banca (otros 1.389 millones debidos sobre todo a la Sareb), alcanzó los 24.618 millones en mayo, equivalente al 2,20% del PIB. El desfase de las comunidades autónomas se redujo hasta los 4.031 millones, el 0,36% del PIB, frente al 0,5% del año pasado y el 0,7% fijado como objetivo para el año. El mayor déficit fue el de Catalunya (880 millones), seguida de Andalucía (732 millones) y Madrid (694 millones). La Seguridad Social registró un superávit de 1.778 millones, el 0,16 % del PIB. 

Los datos publicados este martes por el Gobierno justifican aún más la decisión de la Comisión Europea de conceder dos años de margen a España, hasta el 2018, para rebajar el déficit del 3% y dejar de estar así bajo el procedimiento de control por déficit excesivo, tal como ha publicado este lunes El PERIÓDICO. Este miércoles España conocerá finalmente la nueva senda fiscal que propone la Comisión Europea para los años 2016, 2017 y 2018. Pero sobre todo, el Gobierno sabrá a ciencia cierta cuánto tendrá que pagar por no adoptar medidas efectivas contra el déficit el año pasado. Una multa que sigue suscitando divisiones en el seno del colegio de comisarios aunque la balanza parece decantarse porque haya algún tipo de castigo en vez de la “multa cero” a la que aspira el Ejecutivo.

El resultado se conocerá tras la última reunión del colegio de comisarios antes del parón estival. Según el reglamento, la cifra puede alcanzar el 0,2% del PIB (entorno a 2.100 millones en el caso español) aunque puede ser reducida, incluso a cero, si las alegaciones son suficientemente convincentes. Algunos en el colegio de comisarios, como el responsable de asuntos económicos, Pierre Moscovici, piensan que las que ha presentado España lo son y que hay que dar un voto de confianza al nuevo gobierno. Otros, en cambio, como los vicepresidentes Valdis Dombrovskis y Jyrki Katainen, son más partidarios de aplicar las reglas con cierta firmeza y evitar sentar un precedente.