Comercio y bancos buscan fórmulas para eliminar los pagos en efectivo

El desarrollo de la tecnología móvil impulsa las transacciones electrónicas para evitar el fraude

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA

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En el 2014 se retiraron unos 112.000 millones de euros de los cajeros automáticos de las entidades bancarias españolas, según datos del Banco de España. "En su mayor parte es dinero que para el fin de semana para realizar compras", se precisa desde la Confederació de Comerç de Catalunya (CCC), y, en parte, los comerciantes vuelven a ingresarlo el lunes en el sistema bancario. Pero se trata de un círculo vicioso que tanto el comercio como el sistema financiero querría evitar en tanto que no contribuye a erradicar la economía sumergida. El pago en efectivo es una de las principales fuentes de fraude y alimento de las transacciones opacas. Tanto el comercio como el sector financiero buscan alternativas para limitar el uso de 'cash', aunque cada uno de esos sectores luchan con sus propias armas, no siempre complementarias.

Visa, uno de los mayores gestores de tarjetas de crédito, en su último estudio sober la cuestión asegura que la economía sumergida en España alcanzó en el 2012 un total de 201.300 millones de euros, lo que equivale al 19% del producto interior bruto (PIB). Destaca que está en línea con la media europea, pero 6,5 puntos porcentuales por encima de los países más ricos, como Alemania o Francia. Define el concepto de economía sumergida como trabajos y ventas no declarados. Y en este sentido, centrar las medidas de prevención en el control de las ventas no declaradas a consumidores significaría reducir la actividad opaca en España en unos 23.400 millones de euros, un 11,6% del total.

Bulgaria, Rumanía, Turquía, Polonia, Lituania, Grecia e Italia, los países en los que menos transacciones electrónicas de dinero se realizan por habitante y año, encabezan también la lista de territorios en los que la economía sumergida se acerca al 25% o lo supera con cierta amplitud, según un estudio de Fiedrich Schneider, profesor de la Universidad de Linz (Austria) encargado también por Visa. "Un incremento sostenido del 10% en los pagos electrónicos durante cuatro años es capaz de reducir el tamaño de la economía sumergida incluso más de un 5%", concluye el informe, que cita como ejemplo de buenas prácticas el caso de los países nórdicos y del Reino Unido.

MAYORES ESFUERZOS

Suecia es uno de los países que mayores esfuerzos está haciendo en ese sentido y ha conseguido en los últimos tres años reducir el volumen de su economía sumergida hasta un 13% del PIB. De hecho, en el país nórdico cuatro de cada cinco compras se paga electrónicamente o con tarjeta. Camina progresivamente hacia la desaparición del efectivo, si bien los cálculos más optimistas descartan que sea un objetivo alcanzable en las dos próximas décadas.

También es el objetivo que se fija el sector financiero español. No solo la banca, también desde el Gobierno se intenta reducir al máximo el uso de efectivo. "Estamos haciendo campañas comerciales en el mercado para cambiar los hábitos", explica Albert Figueras, director de banca de particulares del Banc Sabadell.

"Somos la entidad que más recursos ha destinado a desarrollar aplicaciones relacionadas con el pago electrónico", comenta Mireia López Hueso, de Caixabank. "Nuestro objetivo es que el 2015 sea el año del pago con móvil", agrega. La realidad es que el sector está introduciendo todos los medios posibles para desarrollar el pago electrónico, aunque sea desde el móvil o desde un dispositivo 'wearable' u otros equipos tecnológico que permitan realizar transacciones. Se trata de un negocio del que salen ganado, pues por un procedimiento u otro, las compras con tarjeta generan una tasa de descuento que paga el comercio al banco.

El sector comercial paga con resignación, aunque ha hecho «todo lo posible, por la vía judicial y de la negociación para reducir esas tasas, de manera que no supongan un coste excesivo para el establecimiento», explica Miquel Àngel Fraile, presidente de la CCC. El comercio se resigna, pero busca mecanismos para evitar el canal bancario. La Confederación negocia la implantación de un sistema de pago con móvil en comercio que se realiza directamente entre el cliente y el establecimiento y  en el que la tienda paga comisiones sensiblemente inferiores a la tasa de descuento. Reconoce que a efectos de seguridad y transparencia es preferible prescindir del efectivo -puede aceptar pagos de hasta 2.000 euros-, pero defiende que no es el sector la principal fuente de fraude. «En su mayoría son autónomos y tributan por módulos, con lo que, de una u otra forma, cumplen con Hacienda. El problema está aguas arriba en la relación entre empresas», agrega Fraile.

Por esa razón, el comercio se opone a la decisión del Gobierno de limitar la tributación por módulos a autónomos que ingresen menos de 150.000 euros, en lugar de los 300.000 actuales. «Pueden encontrarse con una revuelta de los autónomos en plena campaña electoral», avanza Fraile.