Combustible para pymes

Para que la recuperación sea firme y duradera debe apoyarse en las pymes. Estas, para mejorar su competitividad, incrementar su eficiencia e internacionalizarse, necesitan financiación y en el contexto actual son imprescindibles fórmulas no convenci

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La trayectoria de los principales indicadores macroeconómicos en los últimos meses viene a afianzar la idea de la superación de la crisis. Pero que esa tendencia se concrete y se extienda el crecimiento a todo el tejido productivo y genere una recuperación significativa de los niveles de empleo, exige incorporar a ese proceso a las pequeñas y medianas empresas que son la trama territorial y sectorial responsable de la mayor parte de la producción, el empleo y el bienestar del conjunto de la sociedad.

Para que la recuperación económica sea realmente firme y duradera debe apoyarse en el avance cuantitativo y cualitativo de las pymes. Mejorar su competitividad, incrementar su eficiencia, elevar sus niveles de profesionalización e innovación, apoyar su internacionalización y diversificar sus mercados son las claves.

Para todo ello, las pymes necesitan financiación, el combustible que les permitirá afrontar esas tareas y transmitir su energía a la recuperación económica. En un momento en el que las administraciones y el sistema bancario todavía no procuran como sería deseable la financiación necesaria, son imprescindibles nuevas fórmulas no convencionales de financiación.

En ese escenario de incertidumbres, a principios de enero, la comisión de Economía y Competitividad del Congreso de los Diputados, aprobó el proyecto de ley de fomento de la financiación empresarial cuyo objetivo es mejorar los canales de financiación de las empresas, en especial, de las pymes.

CEPYME ha defendido la provisión de una mayor diversidad de instrumentos financieros y una mejora de la cultura empresarial que permitan reducir la excesiva bancarización registrada en la financiación de proyectos, que ha supuesto en muchas ocasiones un obstáculo a la competitividad de las empresas, y en esa línea va el proyecto de ley.

Entre sus novedades, cercanas a las propuestas de CEPYME para mejorar las condiciones de financiación de las empresas, está la de imponer a las entidades financieras la obligación del preaviso a las pymes que se vean afectadas por una reducción o cancelación de la financiación y la posibilidad de obtener un informe detallado sobre su posición financiera.

También se reforma el régimen jurídico de las sociedades de garantía recíproca para facilitar el acceso de las pymes al crédito bancario, y se flexibiliza el tránsito desde el mercado alternativo bursátil  hacia la bolsa de aquellas compañías cuyo desarrollo exige cotizar en este mercado oficial, estableciéndose un techo de capitalización de 500 millones de euros para operar en el mercado alternativo bursátil.

Además, se extiende la responsabilidad que tienen las rectoras de los sistemas multilaterales de negociación y se incrementa la labor de seguimiento que realiza la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre estos mercados alternativos.

Asimismo, se establece por primera vez un régimen jurídico para las plataformas de financiación participativa, dando cobertura a las actividades denominadas como micromecenazgo o crowdfunding,  una forma alternativa de financiación que conecta, a través de un intermediario o plataforma tecnológica, a multitud de agentes que pueden donar, prestar o invertir recursos monetarios de escasa cuantía, con otros agentes que necesitan financiación para un proyecto específico.

Esta fórmula participativa se ha extendido en un contexto de creciente desintermediación bancaria y de aparición de múltiples proyectos culturales, sociales y empresariales que buscan vías alternativas que reduzcan los costes de transacción de las operaciones de financiación.

Por el contrario, los proyectos a través de crowdfunding tienen un componente elevado de riesgo de la inversión que puede concretarse en simples donaciones o recompensas a través de preventa,  préstamos o inversiones directas en capital.

CEPYME contribuyó, en septiembre del 2013, a la constitución de la Asociación de Empresas de Crowdfunding de España, integrada en su totalidad por pymes, con el objetivo de estimular las fórmulas de financiación participativa como una nueva opción de financiación de especial interés para jóvenes emprendedores y proyectos innovadores.

El impulso al crowdfunding como alternativa a la financiación convencional exigirá todavía mayores garantías, desde  la armonización legal en toda la Unión Europea a precisiones sobre definición, categorización, beneficios y riesgos de sus diferentes modalidades.

Las pymes cuyos recursos financieros provienen en gran medida de recursos ajenos con coste, tienen mayores necesidades de financiar el capital circulante, recurren más a la financiación bancaria y apenas utilizan la financiación a través de valores, pueden encontrar en el micromecenazgo un instrumento útil para superar la restricción del crédito.

Ampliar la disponibilidad de fuentes alternativas de financiación permitirá favorecer el crecimiento de las empresas, especialmente las de nueva creación y las más innovadoras e impulsar el crecimiento de la economía y el empleo en el medio y largo plazo.