La banca extranjera reduce su tamaño en España a la mitad

Oficina de Barclays en el paseo de Gràcia de Barcelona.

Oficina de Barclays en el paseo de Gràcia de Barcelona.

PABLO ALLENDESALAZAR
MADRID

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La brutal crisis del sector financiero español ha dejado muchos cadáveres por el camino, como demuestran las decenas de cajas de ahorro desaparecidas. Los bancos supervivientes han aprovechado para ganar tamaño de forma notable con la compra de entidades con problemas o el robo de clientes a las mismas. Pero las entidades extranjeras no han podido aprovechar esta oportunidad, sino todo lo contrario: han reducido su tamaño a la mitad durante la crisis.

Las sucursales de bancos foráneos con presencia en España alcanzaron en febrero del 2008, unos meses antes de la caída de Lehman Brothers, el nivel máximo de activos de su historia, con 247.579 millones de euros. El pasado febrero, su balance se había jibarizado hasta los 133.287 millones, el 46% menos que seis años antes, según los datos del Banco de España.

En el mismo periodo, los bancos españoles incrementaron sus activos el 4,5%, hasta los 2,73 billones de euros (en su caso, el máximo se alcanzó a mediados del 2012 y desde entonces el recorte ha sido del 13%). En consecuencia, el peso de las firmas extranjeras en el balance total en España de las entidades de depósitos se ha reducido prácticamente a la mitad, del 8,6% al 4,6%.

Su escaso peso en el sector también se produce en la red comercial. Los bancos extranjeros asociados a la patronal AEB (prácticamente todos los que operan en España) cerraron el 2013 con 6.572 empleados y 195 oficinas. Es decir, apenas el 3% y el 0,5% del total, respectivamente.

La historia no es nueva. Las entidades de otros países que han intentado hacer banca de particulares y empresas siempre lo han tenido complicado para asentarse y tener una presencia relevante en España. La anunciada salida de Barclays antes del 2016, el mayor banco extranjero en el mercado español, y la venta del negocio minorista de Citi al Popular demuestran que la situación no ha cambiado.

RENTABILIDAD Y TAMAÑO / Los resultados de los últimos años, desde luego, no les invitan a quedarse. Muchas entidades se han visto atrapadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria y la quiebra de empresas. Y, pese a que la mayoría de sus competidores españoles volvieron a dar beneficios en el 2013, las principales entidades extranjeras continuaron en pérdidas: 264,8 millones de euros Barclays, 108,3 millones Deutsche Bank, 56,6 millones Caixa Geral y 14,5 millones Citi (ING, la otra gran entidad, no da datos).

El sector, además, afronta años de escasa rentabilidad, con lo que tener un gran tamaño -que no poseen- es fundamental ante la fuerte competencia que se va a producir. «Se van de España un tiempo porque no son parte de su negocio estratégico y además la economía española no va a dar para mucho negocio rentable los próximos años», confirma Santiago Carbó, catedrático de las universidades de Bangor y Granada e investigador de Funcas.

PIERDE EL CLIENTE / Los principales perjudicados son los clientes por la reducción de la competencia, ya muy mermada por la desaparición de las cajas. «Sí es cierto que con la unión bancaria se crearán las condiciones para que haya más competencia con la entrada de nuevos participantes. Pero el proyecto va a pasos de tortuga ya que solo en el 2024 podremos hablar de una unión bancaria con un Fondo Único de Resolución», indica Joaquín Maudos, catedrático de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE.

«En el futuro sería deseable que aumentara la cuota de mercado de la banca extranjera en España ya que en la actualidad es muy reducida, de las más bajas de la UE. La reducción de la red de oficinas debería suponer la desaparición de una barrera de entrada», añade.