El tridente segunda parte

Es prácticamente la misma imagen que dio la vuelta al mundo hace unos meses, cuando Neymar se coló en medio de Suárez y Messi para festejar un gol al Atlético (11 de enero) justo, como diría luego Piqué, «cuando empezó todo». Aquel triunfo sobre el entonces campeón fue la reacción inmediata a la caída en Anoeta y la primera vez en la Liga en que cada  estrella que tiene el tridente marcó un gol. Primero fue Neymar, luego Suárez y, finalmente, Messi, para derrotar al equipo de Simeone y cabalgar juntos y felices en una carrera que es la postal perfecta del Barça de Luis Enrique. Luego, ya en campaña electoral, fue uno de los pósteres del candidato y después presidente Josep Maria Bartomeu. Ayer, cuando abandonaban el vestuario de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, Neymar repitió esa imagen, señal de que el tridente anda ya de vuelta.

Al Málaga de Javi Gracia, el único equipo que la pasada temporada no encajó ningún gol azulgrana en sus dos partidos, le toca, por lo tanto, el honor de asistir al inicio de la segunda parte del tridente. Una extraordinaria fórmula ofensiva que no solo batió récords (sumaron 122 goles entre los tres), sino que le dio al Barça todos los títulos posibles la pasada temporada: un triplete histórico. Retorna después de haber estado apenas una hora juntos en el campo este verano y en un amistoso (Gamper ante el Roma). Han sido dos semanas sin el delantero brasileño por unas paperas, que le han hecho perderse los cuatro primeros partidos oficiales, Supercopas incluidas.

«LIGERITO, PESA POCO...» / Pero, como sostiene Luis Enrique, Neymar es el dueño de «un físico especial, es ligerito, pesa poco...», lo que le permite estar ahora a punto. Si fuera otro tipo de jugador «estaría descartado», según el técnico, para reaparecer hoy ante el Málaga en el debut liguero del campeón en su hogar. «He visto muy bien a Neymar, está prácticamente recuperado, ha entrenado muy bien», insistió el entrenador, aunque no precisó si lo hará salir de titular o aguardará, en cambio, a la media hora final para que se reúna, al fin, con Messi y Suárez, con quienes el brasileño no dejó de bromear en la sesión matinal de trabajo.

«Sus números en el GPS de los entrenamientos son los mejores del equipo», dijo el técnico, feliz también por haber recuperado a Busquets tras el percance que sufrió en San Mamés en el tobillo derecho.

EL CAMP NOU ESTRENA CÉSPED / Luis Enrique no quiere pensar en la Champions -«¿quién ha dicho que es un grupo asequible? Es difícil, no tanto como el de la Juve, pero es difícil», dijo-, aunque sí se plantea el desafío que «nadie ha conseguido en la época contemporánea: ganar dos Champions seguidas». Feliz de volver a Roma («es una ciudad maravillosa», recalcó), el técnico comparte también la comparación entre Bolt y Messi: «Uno es el mejor velocista de todos los tiempos y el otro es el mejor jugador de todos los tiempos».

Pero lo que le interesa a Luis Enrique es estrenar bien el nuevo césped del Camp Nou, con hierba traída de Burdeos (Francia), y prolongar en el partido la fiesta previa: Iniesta ofrecerá la Supercopa de Europa al pueblo culé, un gesto que también repetirá Messi, pero con el trofeo que le acredita, según la UEFA, como el mejor jugador de Europa. Después, y con Sergi Roberto de lateral derecho («es el comodín perfecto para mí», admitió Luis Enrique), se inicia el segundo episodio del tridente.