Totti y Spalletti incendian Roma

El tema del día en Roma, y en toda Italia, termina con un sinfín de pulgares hacia abajo. El condenado es Luciano Spalletti, entrenador del equipo de la capital, que, al menos en el juicio popular, pierde por goleada el pulso con Francesco Totti. El estadio Olímpico fue un clamor el domingo, durante el partido Roma-Palermo. "Solo hay un capitán", era el grito a coro en defensa de Totti, expulsado de la concentración la víspera por Spalletti. Cuando apareció en la tribuna camino de su asiento, el delantero no pudo aguantar algún sollozo, tan contundente fue el cariño de los 'tifosi'

Totti, que cumplirá 40 años en septiembre, es un emperador intocable en ese club en el que casi le crecieron los dientes y en el que pensaba jubilarse. Llegó Spalletti al banquillo en enero, en sustitución del francés Rudi Garcia, mientras el 'capitano' convalecía de una lesión. Ya está bien, pero el técnico le da poca bola y el jugador estalló en la RAI. "Acabar mi carrera así sería feo. Quiero respeto y que [Spalletti] me diga las cosas a la cara, no a través de los periódicos", declaró en un tono muy lánguido. "Tenemos una relación de 'buenos días' y 'buenas tardes'", añadió para ilustrar lo gélido de la situación entre ellos.

EL ROMANCE CON LUIS ENRIQUE

Las palabras pincharon al entrenador como un dardo empozoñado y su reacción fue disciplinaria: señor Totti, váyase a su casa. "Él iba a ser titular contra el Palermo. Veníamos de perder ante el Madrid en la Champions y yo había pedido concentración. Tras sus declaraciones, no se hablaba de otra cosa. Yo tengo que gestionar un grupo, debo poner orden", explicó Spalletti, que el lunes dirigió el entrenamiento en el campo de Trigoria sin novedad, con Totti presente y silencioso. Ambos se conocen bien, ya habían coincidido en la etapa anterior del entrenador en Roma, durante cuatro temporadas, y de hecho hay quien apunta que el pique viene de lejos: Spalletti siempre ha sospechado que Totti agitó la crisis que le obligó a dimitir en septiembre del 2009.

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En Italia casi todo el mundo del fútbol ha opinado sobre el caso. Los más se inclinan por la diplomacia, casi nadie se moja sin conocer el intríngulis. También Luis Enrique evitó tomar posiciones cuando se le preguntó en Londres. El técnico del Barça tuvo a Totti a sus órdenes en Roma y no empezaron muy bien. Sin embargo, se despidieron entre abrazos y con flores del asturiano: "Estoy tan enamorado de él que incluso mi mujer está celosa. Es un gran campeón", dijo Luis Enrique el día de su adiós.

UNA MUJER TELEVISIVA Y LOS CHISTES

Uno de los pocos que no se han mordido la lengua es Carlo Mazzone, veterano entrenador, amigo de Pep Guardiola desde que coincidieron en el Brescia. "Spalletti -descargó el viejo Carletto- ha buscado protagonismo, debería haber llamado al jugador para resolver la situación. Así lo que ha hecho es destruir la imagen de un muchacho excepcional, en el plano humano y futbolístico. No sé cómo Spalletti ha hecho una cosa así, un entrenador con sentido común y personalidad no lo habría hecho". Sinisa Mihajlovic, entrenador del Milán, añadió un matiz nada desdeñable: "Es amigo mío, pero en Roma si tocas a Totti se monta un follón". 

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Totti es mucho Totti. Un futbolista que está en el panteón de los grandes de Italia, que en su día no quiso irse al Madrid por fidelidad al Roma, y que tiene el cariño de la gente. Romano de pies a cabeza, casado con Ilary Blasi, una figura de la televisión, y padre de dos hijos, Totti es hombre de bromas y con fama de despistado. Tanto, que en su día decidió reunir en un libro los muchos chistes que se hacían sobre él, la mayoría extremadamente ingenuos (ejemplo: se encuentra a Del Piero tras un examen. "Alessandro, ¿cómo te ha ido?". "Mal, he dejado el folio en blanco". Y Totti contesta: "¡Vaya! ¡Yo también! ¡Van a pensar que hemos copiado!") y donar los beneficios de las ventas a Unicef.