El Madrid se clasifica sufriendo en Estambul (3-2)

El abandono le ha podido costar caro alMadrid, que ha pasado de la opulencia al sufrimiento en la vuelta de los cuartos de laChampions. Ha sofocado el infierno turco al adelantarse en el marcador a los ocho minutos con un gol deCristiano y ha desaparecido del partido hasta dar vida a un rival que ha marcado tres tantos en 15 minutos antes de que el portugués consiguiera su segundo gol en el tiempo añadido (3-2). ElGalatasaray se ha visto cerca de un milagro que habría estado más cerca si el árbitro hubiera señalado el penalti deRamos aBuraken el Bernabéu.

Ni el 3-0 de la ida ni el tanto de Cristiano al inicio del choque de este martes han servido para que el conjunto blanco haya tenido un partido plácido. El Galatasaray es un caramelo, un grupo de amigos amarrado a un infierno que este martes ni siquiera ha ardido hasta que el Madrid ha encendido la mecha con una dejadez absoluta tras el tanto deCristiano que ha empalmado un pase deDi María (m. 8).

Equipo acorralado

Pero ha llegado la siesta y el súbito despertar para un equipo que ha comenzado a verse acorralado instantes después de que el portugués fallara un gol cantado, a dos metros del metaMuslera(m. 56). En la siguiente acción,Eboué ha enganchado un tremendo derechazo que se ha colado por la escuadra deDiego López. Y cinco minutos después,Sneijder ha fallado una ocasión clarísima tras un error deCoentrao en el despeje.

Poco a poco, el Madrid ha comenzado a tambalearse. Reculaba en cada acción ofensiva del conjunto turco, que ha comenzado a parecer aquel Milán deSacchi que asombró a Europa. No ha falladoSneijderen un remate con la derecha que ha terminado de inflamar la grada local (m. 71). La locura se ha desatado con un tercer tanto, obra de Drogba, que ha rematado de espuela un centro deSneijer(m. 72).

El Galatasaray le ha metido el miedo en el cuerpo a un Madrid apático, sin alma y sin más soluciones que dejar pasar el tiempo. El árbitro ha anulado un gol aDrogba por fuera de juego poco antes de que los blancos cortaran la hemorragia y pusieran coto a tanta locura. Lo ha hecho Cristiano en el tiempo añadido con un remate con la derecha.