Las claves de Johan Cruyff

Lesión por no cerrar el partido

Estoy convencido de que Messi salió del Calderón pensando más en la ocasión que falló ante De Gea y que hubiera cerrado el duelo que en su lesión. Si el argentino hubiese marcado, Ujfalusi no le habría atizado.

Los jugadores del Barcelona celebran uno de los dos goles marcados ayer en el Vicente Calderón.

Los jugadores del Barcelona celebran uno de los dos goles marcados ayer en el Vicente Calderón.

Johan Cruyff

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Probablemente si hubiera cerrado el partido con las múltiples ocasiones que tuvo, Leo Messi no habría salido en camilla del Calderón y se habría evitado la fea entrada al tobillo de Ujfalusi.

Con una mayor ventaja en el marcador para el Barça el Atlético habría levantado el pie del acelerador, se habría entregado y nunca se hubiera llegado a un final tan ajustado y peligroso, en el que el conjunto rojiblanco utilizó cualquier estrategia para empatar. Entonces todo vale, las faltas, incluso el juego violento. Si Messi, Villa o Pedro hubieran acertado, o De Gea no hubiera parado tanto, probablemente el argentino no habría salido en camilla del campo. Ni con muletas del estadio colchonero.

El Barça jugó bien en muchas fases. Sí, pero Guardiola sacó anoche una gran conclusión: que si el equipo no marca y resuelve pronto, sufrirá en muchos partidos. Porque en los intercambios de golpes, casi siempre sale perdiendo. Es un aviso. Esta temporada no va a ser nada fácil.

No creo que Guardiola pueda efectuar rotaciones hasta que sus jugadores alcancen un nivel de juego similar. El grupo debe ser compacto, también en cuanto a juego. Ayer utilizó a todas sus estrellas. El Barcelona va a tener que jugar cada jornada con nueve o diez titulares. No sería bueno hacer más de tres cambios porque será necesario contar con los mejores para ganar los partidos.

Otro detalle del Calderón. El día que De Gea empiece a jugar en la selección de Del Bosque, va a ser imposible que le saquen de ahí. Hace tiempo que no veía un portero con tantas cualidades, y no solo por lo que paró ayer. Es joven. Alto, rápido, ágil. Tiene piernas, manos. Cabeza. Visión de juego.

Este clásico del Calderón confirmó lo que el público ya sabía: que un Atlético-Barcelona es uno de los espectáculos más atractivos para el espectador. Es un partido en el que pasa de todo. El Barça pudo golear y al final el Atlético rozó el empate.

El Madrid se estrenó en la Champions ante el Ajax, un histórico con cuatro Copas de Europa que está mal. Los cinco años sin estar en la élite dan una pista. Su rendimiento el otro día ante el Madrid lo corrobora. A corto plazo puede ganar un partido. A largo plazo está muy lejos de poder luchar entre los mejores. El problema: su fútbol base.

Un Ajax desconocido

Yo mismo he sido un producto del fútbol de formación del Ajax. En mi época, los grandes jugadores eran delanteros. Repp, Keizer, un servidor... luego vinieron los Van Basten, Gullit... Más tarde la generación buena reculó una línea. No salían grandes delanteros pero sí centrocampistas talentosos como Sneijder o Van der Vaart. Ahora se ha reculado otra línea. Ni delanteros ni medios. Defensas. Y más de uno tiene auténticas dificultades para controlar un balón. Donde el Ajax tenía antes un 70% de posesión y el contrario un 30%, ahora es al revés.

El seguidor de fútbol lo constató el otro día en el Bernabéu. Eso, y que juegan con dos delanteros y cuatro medios. No queda nada del fútbol holandés del que el Ajax era el abanderado. Se vio incluso en el último Mundial. Todo el mundo estaba muy feliz de ver a Holanda de nuevo en una final, pero su fútbol, su disposición táctica, era de equipo pequeño.

¿Cuántos delanteros holandeses alineó el Ajax en el Bernabéu? Ninguno. Porque no tiene. Y si coges al resto de equipos de arriba de la Liga holandesa, igual. PSV, AZ, Twente... todos sus delanteros son extranjeros. La solución pasa únicamente por el fútbol formativo.

Y el fútbol base engaña mucho. Entre hacerlo bien y hacerlo mal hay poco margen. En la base se requiere a buenos formadores, no entrenadores. Una cosa es entrenar a un primer equipo y otra muy distinta formar. Por ahí es donde anda cojo el Ajax. Por ahí es donde empieza una espiral que se retroalimenta: la del primer entrenador que no se atreve a subir a gente de abajo porque no ve calidad o no quiere tomar riesgos. Siempre hay que ser valiente con los de abajo.

En este sentido, el Barça ha tenido dos muy buenos entrenadores: Rijkaard y Guardiola. Y antes también Van Gaal. En su caso, en Múnich están encantados con el puñado de gente de la casa que ha subido al primer equipo del Bayern.

El Madrid-Ajax de la semana pasada también sirvió para fijarme en Cristiano Ronaldo. ¿Jugó mal? No. Terminó mal. Desconozco si tiene o no ansiedad por marcar pero seguro que el gol de ayer frente a la Real Sociedad -aunque en el acta se lo dieran a Pepe- de algo le servirá. Marcar un gol está dentro de la propia jugada. Saber cuándo chutar o cuándo pasarla a un compañero, visualizar dónde ubicarte mejor para rematar o asistir. Mientras no encuentre, por lo que sea, el sosiego en el césped, es mejor un Ronaldo revolucionado que apático.