Guardiola tiene al City en la sala de espera

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DAVID TORRAS

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El suspense se mantendrá durante meses, tal vez hasta el último día de su contrato con el Bayern, pero  el futuro de Pep Guardiola parece inevitablemente encaminado al Manchester City. Ahí lleva esperándole desde hace tiempo su amigo Txiki y a su lado Ferran Soriano, decididos a poner en sus manos el ambicioso y costoso proyecto que emprendieron cuando aterrizaron y que con Pellegrini anda encallado. Pep es el elegido. Ya lo era hace tres años pero entonces tomó una decisión inesperada, seducido por el club al que siempre había admirado.

Guardiola ha vivido encantado en Múnich a pesar de unos inicios difíciles en los que su método fue una especie de choque cultural. Trabajó a menudo  entre cierta incomprensión, bajo la presión del triplete que heredó de Heynckes y la guardia pretoriana de exjugadores que controla el club.  Pero ha acabado venciendo los recelos y ahora su anunciado adiós supone un desengaño en el Allianz y en el vestuario. El Bayern lo ha intentado todo para retenerlo antes de elegir a su sucesor (Ancelotti), pero hace tiempo que Pep tenía asumido que este ciclo se había acabado. Le queda algo por hacer y ese será su objetivo: la tercera Liga y, por encima de todo, la Champions.

El City le espera ansioso. No es el único. El Chelsea le deseaba más que nadie antes y después de fichar a Mou. Y el United. Y el PSG. Incluso el Madrid le ha tanteado. Parece difícil que vuelva a decirle no a Txiki.