La lacra del fútbol

Grecia suspende la Liga para intentar combatir la violencia

El Gobierno de Tsipras toma la medida de forma indefinida ante los graves incidentes

Aficionados del Panathinaikos se enfrentan a la policía en el derbi frente al Olympiakos del pasado fin de semana.

Aficionados del Panathinaikos se enfrentan a la policía en el derbi frente al Olympiakos del pasado fin de semana.

JAVIER TRIANA
ESTAMBUL

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Parece que el pan llegará, pero el circo griego se suspende hasta nuevo aviso. La luz verde a la ampliación de la línea de crédito europea a Atenas se ha producido casi de manera simultánea a un parón indefinido en la Liga helena de fútbol por decisión gubernamental. El Ejecutivo de Syriza, capitaneado por el primer ministro, Alexis Tsipras, ha decidido erradicar la violencia de los campos de fútbol del país, en los que los altercados son recurrentes.

«Este tipo de situaciones en los estadios griegos lleva sucediendo desde hace muchos años -explica a este diario el periodista deportivo heleno Yiorgos Saridakis-, pero el nuevo Gobierno quiere cambiar las cosas». En lo que va de temporada, ya se ha suspendido en dos ocasiones: en septiembre, por la muerte de un aficionado causada por enfrentamientos entre seguidores del Ethnikos Piraeius y el Irodotos (de la tercera división griega), y en noviembre, tras un ataque al adjunto de la dirección del Comité de Árbitros, que resultó herido grave.

Esta vez, el detonante ha sido el derbi ateniense entre el Olympiakos y Panathinaikos del pasado domingo. El encuentro entre los dos clubs archirrivales -actualmente, primero y segundo en la clasificación griega- tuvo de todo: desde una invasión de campo, el Apostolos Nikolaidis, por parte de los locales hasta el lanzamiento multitudinario de objetos a los visitantes, el Olimpiakos, durante el que una bengala alcanzó a uno de los jugadores. El mismo día, en Larissa, los aficionados del Olimpiakos Volou se enfrentaron a los del Larissa, y a su vez con la policía, en una tangana que terminó con varios heridos.

PELEA ENTRE DIRECTIVAS / El asunto no concluyó ahí. El martes, las directivas del Olympiakos y Panathinaikos se enzarzaron en una pelea durante una reunión de la Liga. Tras un intercambio de insultos, el presidente del Olympiakos le echó un vaso de agua a su homólogo del Panathinaikos, mientras que el vicepresidente de este recibió un puñetazo de uno de los guardaespaldas del conjunto rival.

«La gente sabe estas cosas y, durante los partidos, actúan como los dirigentes de los clubs a los que animan», indica Saridakis. «Por lo general, los hooligans son chavales jóvenes de familias pobres que los domingos expulsan su ira por los problemas económicos en forma de hooliganismo... y, a partir de ahí, puede pasar cualquier cosa».

El episodio ha forzado la reacción inmediata del Ejecutivo, y la suspensión cuenta con el apoyo personal de Tsipras. «Tenemos un nuevo Gobierno, que quiere zanjar este asunto y aplicar la legislación vigente», dijo ayer a la prensa griega el presidente de la Liga local, Giorgos Borovilos.

ENTRADAS ELECTRÓNICAS / De momento, la suspensión durará una semana, por lo que este domingo no habrá fútbol de Primera División en Grecia, mientras que las otras competiciones podrían continuar. «El miércoles que viene nos volveremos a reunir, a ver si los clubs han cumplido con lo prometido», explicó el ministro adjunto de Deportes, Stavros Kondonís. Las demandas más destacadas del Ejecutivo a los clubs son el uso de entradas electrónicas (para conocer la identidad del comprador y el lugar que ocupa en la grada), la colocación de cámaras de seguridad en los estadios y la transformación de peñas en asociaciones. En caso de que continúe el incumplimiento, los estadios quedarán vacíos otra semana más.