LA EXTRAORDINARIA TEMPORADA DE UN FUTURO CAMPEÓN

A Dios rogando....

Luis Salom, lider de Moto3.

Luis Salom, lider de Moto3.

EMILIO PÉREZ DE ROZAS
SILVERSTONE ENVIADO ESPECIAL

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A mamá no se le escapa detalle. Como tiene que ser. Poco importa que su niño tenga ya 22 años. Es suyo. Y, no solo lo protege, sino que le ayuda. De ahí que él, su retoño, se haya hecho tatuar el rostro de su madre, de María, en el interior del antebrazo derecho, el del puño del gas. Su amigo Óscar se lo ha dibujado, en carne viva, en Palma. Y no solo lleva ese tatuaje, lleva más, pero no los enseña. No hace falta.

Luis Salom, líder del Mundial de Moto3, con 14 puntos más que Maverick Viñales y 28 por encima del veloz Àlex Rins, ha ganado ya cinco carreras (Catar, Italia, Catalunya, Holanda y Brno) y se ha convertido, pilotando la invencible KTM del finlandés Aki Ajo, el técnico que ha ganado los últimos títulos de la pequeña cilindrada, en el gran favorito del campeonato. Y todo eso, corriendo las dos últimas carreras (5º en Indy y vencedor en la República Checa) con el talón izquierdo roto, es decir, con un trozo de calcáneo desprendido.

Salom ya hizo una temporada brillante el pasado año, tanto que Ajo y KTM no dudaron en proporcionarle la moto campeona de Sandro Cortese. «Me la merecía ¡qué caray!», exclama, con razón, el mallorquín, que, más que la moto, agradece estar metido en ese nido de sabios que es el equipo del técnico finlandés. «Aki es un pozo de sabiduría sin fondo, sabe tanto, tanto, que es una gozada estar con él, correr para él, charlar con él, preparar las carreras con él. Si no fuese por él, me sería muy difícil liderar el Mundial, estoy convencido».

Este joven mallorquín, de familia motera de toda la vida (en Palma tienen una de las mejores tiendas del ramo), sabe que está ante la oportunidad de su vida y aunque sus dos perseguidores, a cual más peligroso, llevan su misma moto, es consciente de que el 2013 ha de ser su año. Por eso, cuando se rompió el talón en Indy y los médicos americanos fueron incapaces de detectar la fractura, pidió que le infiltrasen. Lo hicieron, se equivocaron, se pasaron con la dosis y se le durmió el pie, pero acabó quinto, 11 puntos de oro. Ya en el trazado de Brno, con la fractura confirmada, no se pinchó, sufrió de lo lindo «y más, mucho más», pero acabó ganando en una de sus típicas últimas vueltas de infarto.

«Había que pelear y mantener el liderato como fuese. Lo mismo aquí, en Silverstone, donde volveré a correr, ya con el pie menos hinchado, para intentar mantenerme en el podio aunque me duela, aunque sufra». Una vez pasados estos tres grandes premios consecutivos, Salom se operará en Palma y regresará en Misano, el próximo día 15 de septiembre. «Sé que la gente piensa que estamos locos y no, no estamos locos, somos unos apasionados de las carreras y sabemos que, para estar arriba, tienes que comerte el dolor, al igual que hacen muchos deportistas. Yo no paró de oír que muchos tenistas y futbolistas juegan con dolor y que, en la mayoría de partidos, no están del todo bien, pero juegan».

Rezando por todos

Salom, que es creyente «más que religioso», siempre reza un padrenuestro antes de la salida. Lo hacía ya de pequeño y no ha dejado de hacerlo en ningún GP. Antes, lo rezaba en el box pero ahora, como siempre va con prisas, lo suele hacer en la parrilla. «No rezo para ganar, rezo para que todo nos vaya bien a todos, para que todos lleguemos a la meta. No quiero tener suerte, quiero no tener mala suerte. Rezo por costumbre, porque creo, porque sí, ¡qué caray!»

Nadie mejor que Salom para decir eso de «a Dios rogando y con el mazo dando». Incluso roto.