Brasil vuelve a salir en la foto

Aunque pocos le hicieron caso, ya lo dijo Romário hace poco más de un año: «No tenemos alternativa, o encarcelamos a estas personas o continuarán alimentándose del fútbol brasileño hasta su muerte definitiva». Las palabras del exjugador, entre otros muchos equipos del Barça, han resultado proféticas, y señalaban directamente a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y, en especial, a su todopoderoso presidente, José Maria Marin, cuando por aquel entonces estaba a punto de dar comienzo el Mundial de fútbol de Brasil 2014.

Con la detención en la mañana de ayer de Marin en Zúrich, Brasil volvía a salir en la foto de posibles corruptelas antiguas, nunca atajadas. Considerados como «un secreto a voces», los chanchullos del expresidente de la CBF quedaban ayer detallados en una nota del mismísimo Departamento de Justicia de Estados Unidos: «Dos generaciones de dirigentes de fútbol abusaron de sus posiciones de confianza para sus ganancias personales, frecuentemente a través de la alianza con ejecutivos de márketing sin escrúpulos, que mantuvieron contratos lucrativos para su propio beneficio a través del pago sistemático de sobornos».

Contratos anteriores

Aturdido por el escándalo que acababa de explotarle en las narices, el actual presidente de la CBF y vicepresidente durante la gestión de Marin, Marco Polo del Nero, apenas acertó a declarar que «los contratos firmados son todos anteriores a la administración de Marin» y calificar la detención de su antecesor como «pésima para la CBF». En total, las investigaciones del FBI arrojan la cifra de 150 millones de dólares en sobornos y señalan a la empresa norteamericana Nike, cuyo contrato de patrocinio de la selección brasileña desde 1997 estaría bajo sospecha de haber sido conseguido y mantenido hasta la fecha mediante el pago de sustanciosos sobornos a los dirigentes de la CBF.

«Ya era hora de que alguien tirase de la manta», explicó a EL PERIÓDICO el comentarista deportivo de Radio Globo Marcelo Bechler. En su opinión, «la detención de Marin es solo el principio, los asuntos más turbios de la CBF se dieron en el periodo de Ricardo Teixeira». Precisamente allá por el año 2010, el periodista escocés Andrew Jennings explicó en su best seller mundial Juego sucio los trapicheos con la CBF del que fuera presidente de la FIFA entre 1974 y 1998, el brasileño Joao Havelange. El mismo que dejó a su yerno, Ricardo Teixeira, al frente del organismo que consiguió la organización del Mundial del 2014, que resultó ser el más caro de la historia del fútbol y que fue gestionado, precisamente, por el corrupto ahora descubierto José Maria Marin, de 83 años. Marin heredó el cargo de Teixeira en el 2012, y lo cedió a Del Nero el pasado mes de abril.