Ancelotti y el lío del centro del campo

"Di María pidió irse y rechazó renovar", dice el entrenador del Madrid, que también tiene otro problema con Khedira

Ramos y Mandzukic, en el partido de ida disputado en el Santiago Bernabéu.

Ramos y Mandzukic, en el partido de ida disputado en el Santiago Bernabéu.

CARLOS F. MARCOTE
MADRID

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La décima lo tapó todo. La conquista de la Liga de Campeones convirtió lo que podía haber acabado como una temporada mediocre en una campaña memorable con la que se dio carpetazo y se enterró muy hondo la convulsa etapa con José Mourinho al frente del equipo blanco. El sentido común que exhibió Carlo Ancelotti a lo largo del curso no evitó que buena parte de los jugadores acabasen señalados por haber tirado la Liga sin justificación al renunciar a exprimir todas sus posibilidades y fiarlo todo a la consecución de un título europeo que estuvo a punto de escapárseles.

Al final el Madrid salvó mucho más que los muebles y su presidente y su entrenador no dejan de presumir de estar viviendo ya un ciclo ganador tras levantar la Supercopa de Europa y enfrentarse hoy en el Calderón a la posibilidad de llevarse la de España (22.30 horas, TVE-1), pese a la ligera ventaja que sacó el Atlético del Bernabéu (1-1). Una cita que se presenta con el ambiente enrarecido por el problema planteado por Di María y Khedira, las salidas que el club blanco no acaba de cerrar.

SIN DISCREPANCIAS / Carlo Ancelotti desea seguir contando con el argentino, aclamado por los aficionados el martes ante los rojiblancos, pero ayer descargó sobre él toda la responsabilidad de la situación que ha provocado su idea fija de marcharse por no ver atendidas sus exigencias económicas. «Pidió irse y rechazó la oferta de renovación. Hasta el final del mercado va a buscar una solución diferente, pero por ahora es jugador del Madrid y lo utilizo como tal. No hay discrepancias entre el club y yo, todo lo hacemos juntos. Rechazó la renovación y por eso buscamos otra solución. Es una respuesta que tiene que dar Di María», dijo ayer el técnico italiano, que aclaró que si al final se queda, contará con él. «Lo abrazaremos y trabajará con nosotros como el año pasado, sin ningún problema», afirmó el entrenador blanco, que de momento lo ha utilizado en los últimos partidos contra el Fiorentina y el Atlético.

Nada que ver con lo de Khedira, a quien le queda un año de contrato por cuatro a Di María y en ningún momento ha planteado la posibilidad de marcharse. El alemán debe tenerlo hecho  para el año que viene con otro club de primera línea que le da los dos millones más que el Madrid se ha negado a pagarle. Las negociaciones para una posible renovación quedaron rotas  a principios de julio y el jugador ya sabe lo que le espera: no ha entrado en una convocatoria desde que se incorporó a los entrenamientos el pasado día 5.

ADAPTACIÓN / Reajustes de la plantilla al margen, Ancelotti acepta el reto de que el reinado blanco se extienda y perdure. «Tenemos una plantilla de tanta calidad que vivimos un ciclo ganador que podemos extender durante mucho tiempo con entrega y sacrificio», comentó el técnico en Cardiff, donde pudo celebrar la adaptación perfecta de Kroos, el fichaje más importante aunque no el más caro. Ese ha sido el de James, sorprendente no por lo que puede aportar sino por su precio, 80 millones, cifra que al colombiano le costará justificar si tiene que medir sus prestaciones con las de Di María.

Con el argentino o sin él, Ancelotti cuenta con una plantilla imponente, en la que sin embargo pueden volver a reproducirse problemas como el de la portería, la inestabilidad defensiva y la condición física de Ronaldo. Está decidido a continuar con el 4-3-3 para los partidos más exigentes, sin un mediocentro netamente defensivo, y libertad para Ronaldo y Bale, descargados de obligaciones defensivas. El inconveniente aparece en el encaje de James en ese orden táctico, del que ya apareció desplazado contra el Atlético, al que acabó marcando.