GRAN PREMIO DE RUSIA DE F-1

Alonso cotiza alto

El piloto español es el único campeón que no ha perdido valor con los años

MIGUEL MARTÍNEZ

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Son ya ocho años sin título alguno. Ha transcurrido mucho tiempo desde el segundo y último cetro de Fernando Alonso con Renault en aquel 2006. En realidad, todos los campeones del mundo de la actual parrilla consiguieron su entorchado después. Kimi Raikkonen lo hizo en 2007; Lewis Hamilton, una temporada después; Jenson Button le sucedió en 2009 y Sebastian Vettel ha acaparado los cuatro últimos. Y, sin embargo, Alonso es el piloto más valorado de la parrilla. Todos los demás han sido cuestionados en algún momento sobre su pilotaje o su capacidad, algo que nunca ha ocurrido con el español. Y eso le hace sentirse con fuerza para manejar su futuro. «Tengo la suerte de poder decidir cuándo, cómo y adónde voy. Me he ganado este respeto con el paso de los años, especialmente con los últimos cinco en Ferrari», dijo el asturiano hace una semana.

«Es el mejor, el más completo», repite Niki Lauda, el hombre que le quiere para Mercedes. Alonso tiene el respeto de los pilotos, de los jefes de equipo, de los expilotos. Fue elegido el mejor de la parrilla por sus compañeros incluso en años como el 2012 cuando no fue campeón, en medio del vendaval de récords de Vettel con el imbatible Red Bull. «Es rápido, consistente pero, sobre todo, es un luchador que nunca se da por vencido», dice de él Christian Horner, quien, en 2007, peleó por su fichaje cuando el asturiano decidió abandonar McLaren. «Sí, estamos negociando con él, también con otros, pero no puedo negar que lo hacemos con Alonso, es un grandísimo piloto», reconoce Eric Boullier, segundo de a bordo en McLaren.

El declive de los reyes

No ha sufrido ni una sola temporada mala. Ningún compañero ha logrado batirle, y eso no lo puede decir nadie más, nadie. Iceman, que le sucedió como campeón en el 2007, fue batido ampliamente por Massa al año siguiente. El finlandés se fue diluyendo, hasta que Ferrari prescindió de él a finales del 2011. Abandonó la F-1 dos años, regresó en el 2012 a Lotus, donde parecía volver a ser rápido. Ferrari le repescó y esta temporada ha sido vapuleado por Alonso. Le triplica en puntos, y nunca ha acabado por delante del asturiano de no mediar una avería.

El más cuestionado de los campeones es Jenson Button. Aprovechó el enorme potencial y el doble difusor de aquel Brawn, en 2009, para ser campeón con Rubens Barrichello de compañero. Casi pierde aquel Mundial en las últimas carreras donde apenas llegó al podio. Y después, en McLaren, fue pasto de Lewis Hamilton casi siempre, salvo en el 2011, donde superó al chico Tewin. Y por ahí llegaron las dudas hacia el campeón del 2008, aquel chico que igualó a puntos con Alonso en el 2007. Se dispersó, se descentró totalmente. Su entorno, su carácter o su inmadurez, o quizás todo junto, le llevaron a convertirse en un piloto irreconocible.

Vettel ya no tiene magia

No solo Raikkonen, Button y Hamilton estuvieron bajo sospecha alguna temporada, Vettel nunca llegó a disipar todas las dudas sobre su capacidad, incluso a pesar de los cuatro títulos consecutivos. Pilotaba un coche con una estabilidad fuera de lo común, con un difusor soplado que lo pegaba al suelo. Prohibido el invento, Red Bull construyó esta temporada un coche más normal y resulta que Vettel es superado con asiduidad por un recién llegado como Daniel Ricciardo: 193 por 139 puntos y tres victorias para el australiano por ninguna del alemán.

«Daniel está haciendo mejor trabajo que yo, él saca un rendimiento al coche mayor», reconoce Seb, que ha optado por dejar Red Bull a finales de este año, para olvidar la tortura a la que le somete Ricciardo y buscar una posición de privilegio en Ferrari, un paso que está en boca de todos, pero nadie quiere confirma aún. «En pocas fechas se podrá anunciar, pero eres listo y sabes por dónde van las cosas», reconoció ayer con una sonrisa en el paddock de Sochi.

Arrojo y estrategia

Todos han levantado sospechas, todos menos Alonso. «Schumacher era muy, muy bueno. Era increíble y un piloto muy completo. Pero creo que, tal vez, Fernando sea aún más perfecto que Michael», afirma Massa de forma rotunda. Los números del brasileño frente al alemán y frente al español así lo refrendan. Lo sabe toda la parrilla, los jefes de equipo, y Alonso confía en ese criterio general para manejar su futuro: «Si no ganas títulos nadie pensará que eres el mejor. Estoy en el mejor momento de mi carrera, me siento bien, me siento fuerte, mi conducción se adapta bien a los cambios que precisa cada coche. Espero poder sacarle provecho en los próximos años». Alonso juega las cartas de su futuro con arrojo y estrategia, tal y como conduce. Hay que esperar un poquito.