La situación del club azulgrana

Y ahora, el dopaje

La guerra sucia iniciada en Madrid lanza graves insinuaciones y el Barça exige una rectificación

JOAN DOMÈNECH / SERGI LÓPEZ-EGEA
BARCELONA

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En un nuevo episodio de la campaña de erosión dirigida contra el Barça, el Madrid podría estar detrás de la última insidia para justificar la supremacía azulgrana. Por vía interpuesta, eso sí, a través de un periodista de la cadena COPE. Justo el día en que la teoría delVillaratoquedaba desmontada por el arbitraje de Pérez Lasa al Barça en Sevilla, nació otra teoría. Según la información de la emisora episcopal, el Madrid está dispuesto a pedir a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que realice controles antidopaje más severos por la sospecha de que los jugadores del Barça toman sustancias dopantes. El periodista Juan Antonio Alcalá aludió a médicos de «dudosa reputación» que colaboran con la entidad azulgrana.

Los árbitros ayudan al Barça. También los programadores de televisión al reducir los días de descanso del Madrid. Colaboran con los azulgranas los rivales que no se entregan a fondo, los defensas que golpean con más saña a Cristiano Ronaldo que a Messi y los entrenadores que alinean suplentes. A todas las tesis de Mourinho para justificar que el Madrid ande por detrás del Barça, se añade otra. Filtrada. La última maquinación es insinuar prácticas de dopaje en Sant Joan Despí.

EXIGENCIA DE RECTIFICACIÓN / El Barça exigió en una nota oficial una «rectificación inmediata» y anunció que tomaría las medidas legales pertinentes «hasta las últimas consecuencias» para defender la honorabilidad de sus técnicos, jugadores y miembros del cuerpo médico. El Valencia se adhirió a la postura del Bar-

ça, ya que también se le acusó de recibir el asesoramiento del doctor Eufemiano Fuentes, imputado en la operación Puerto y en la operación Galgo como cabecilla de una trama de dopaje organizado en España.

El periodista pidió ayer disculpas pero no se retractó de la información. «Solo transmito lo que nos llega del Real Madrid y que nos merece credibilidad», afirmó, acusando al club de Florentino Pérez de avivar las sospechas sobre los méritos del Barça.

EL PARDILLO Y EL SILENCIO / «Quizá he pecado de pardillo o me han utilizado. Hay fuentes que filtran y después no dan la cara», dijo el periodista. El Madrid guardó silencio. Pudo haber expresado su solidaridad con el Bar-

ça, pudo proclamar que no duda de la honorabilidad del once azulgrana y pudo desmarcarse de su presunta autoría ideológica en la conspiración. Pero Florentino calló. Prefirió abonar esa tesis. Al parecer, habló en privado con Manuel Llorente, máximo responsable del Valencia. No lo hizo con Sandro Rosell.

En el mismo acto al que acudió el presidente blanco, Jaime Lissavetzky, el secretario de Estado para el Deporte, expresó su convencimiento de que «el fútbol español está absolutamente limpio de dopaje». Lissa-

vetzky afirmó que Florentino no le pidió endurecer los controles.

«Los jugadores del Barça y del Madrid, sobre todo aquellos que son internacionales, son los que menos nos preocupan porque están controladísimos», dijo ayer una fuente autorizada contra el dopaje.

LOS MÁS CONTROLADOS / Entre ellos, los españoles del Barça (Puyol, Xavi, Iniesta,...) han sido los futbolistas, en los años 2009 y 2010, que han pasado más controles antidopaje del mundo. Precisamente por formar parte de un equipo ganador (8 títulos de 10 jugados con el Barça y campeones del mundo con la selección española), han sido sometidos al mayor número de análisis de sangre y orina: de la RFEF, de la UEFA (campeón y semifinalista de la Champions, respectivamente) y de la FIFA.

La campaña que ha tratado de cuestionar la firmeza de los controles en el fútbol español se inició la semana pasada con una serie de reportajes publicados en un periódico deportivo de Madrid. La dirección de este diario fue informada, por vía interna, de los errores que se estaban cometiendo con datos oficiales, tanto en el número de controles como en los matices técnicos.

Por la noche, la cadena COPE emitió una nota en la que pidió disculpas, y negó «cualquier interés en perjudicar o difamar» al Barça y al Valencia.