EL ADN DE LA SEMANA

Helio

El conflicto entre Arabia Saudí y Qatar amenaza el aprovisionamiento del gas

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PERE PUIGDOMÈNECH

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La disputa de Arabia Saudí con Qatar puede tener unas consecuencias inesperadas. Una de ellas es complicar el acceso al helio, un gas que tiene un número importante de aplicaciones. La producción a partir de los pozos de gas natural de Qatar representa un 25% de la producción mundial. Las revistas económicas se inquietan.

Curiosamente el helio es uno de los elementos más abundantes del Universo. Es muy estable y en nuestro entorno es un gas más ligero que el aire. Por ello se ha utilizado para inflar globos. Este sería un uso relativamente anecdótico, pero el helio líquido permite mantener temperaturas de -269 grados en las que la materia presenta unas propiedades extraordinarias y hace que algunas aleaciones metálicas se vuelvan superconductoras. Esto significa que se pueden mantener corrientes eléctricas de una intensidad muy alta, que son las necesarias para producir los campos magnéticos que se requieren en los instrumentos de investigación como los del CERN y en los de resonancia magnética nuclear que actualmente empleamos para observar lesiones internas del cuerpo (y de los hay más de 30.000 en el mundo). El helio se utiliza también en algunas aplicaciones médicas y para ayudar a la respiración en algunas condiciones como el submarinismo.

Pero resulta que hasta ahora el helio es costoso de reciclar y es tan ligero que se escapa de nuestra atmósfera. Es un remanente del origen del planeta y se produce de los depósitos existentes. Estados Unidos ha sido el mayor proveedor, pero una disputa económica ha reducido la producción. También en Rusia se produce, pero Qatar ha sido esencial en tiempos recientes. El año pasado se descubrió la existencia de reservas en Tanzania en rocas antiguas que lo habían atrapado. Puede ser una esperanza para un recurso limitante para algunas aplicaciones que hemos incorporado a nuestra vida. Hay mucho helio en la atmósfera del Sol y de Júpiter, pero ir a buscarlo parece, por ahora, complicado.