Carrera de obstáculos

Movilidad desestructurada 8 Orden confuso de carriles para coches y de pasos de peatones en la plaza de los Països Catalans, ayer.

Movilidad desestructurada 8 Orden confuso de carriles para coches y de pasos de peatones en la plaza de los Països Catalans, ayer.

RAMON COMORERA / BARCELONA

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Ya sea autóctona o de paso, joven o mayor, vaya o venga, ora a pie ora a'caballo', la gente tiene la vida difícil y a ratos penosa en el estratégico pero ante todo ciudadano, hoy quién lo diría, entorno de la estación de Sants. El lugar sufre dolencias urbanas congénitas, y la degradación desatada por la larga hipoteca de las obras de la línea de alta velocidad, que el Ministerio de Fomento sigue sin acabar, lo mantiene en la uci desde hace años. Mientras, son muchos entre los 115.000 vecinos de los barrios de Sants, Hostafrancs y Nova Esquerra de l'Eixample, y entre los 45 millones de pasajeros anuales de la estación central los que deben transitar por ese enorme erial de las plazas de los Països Catalans y Joan Peiró. Con el añadido de la eternamente precaria y provisional estación de bus. Las opiniones coinciden: la nada disgusta y todos sufren esa carrera de obstáculos, esa travesía del desierto.

Sin pavimento, bancos o fuentes, ni verde, por descontado, como quintaesencia de plaza dura y laureada que fue, y con muchas luces fundidas, la 'no plaza' de los Països Catalans es una ruptura. Total cuando se ven los enormes cubos, cosidos a pintadas que justo esta semana se empiezan a limpiar (será en vano), de las salidas de emergencia que solo deberían ser trampillas en el suelo. También es un peaje, en especial viniendo de Hostafrancs, por la concentración de equipamientos (CAP, hospital infantil, escuelas) entre Numància y Enric Bargés.

Las septuagenarias Paquita y Rosa, ambas con una muleta como tercera pierna, llegan de ese sur y entran en el ambulatorio. La primera lamenta: "Hemos de venir a menudo y el mal estado de la plaza convierte en un suplicio peligroso el trayecto. ¿Cómo pueden reformar la Diagonal o el paseo de Gràcia, y ya están acabando, y aquí dejar este desastre?".

Lugar perfecto

Una veintena de 'skaters' se adueña de los diezmados vestigios de espacio público. Pronto crean otro muro infranqueable. Pertrechados con latas y auriculares montan una lanzadera de monopatines bajo la larga pérgola metálica ondulante.

Dos adolescentes, sin duda eslavos, buscan una y otra vez la perfección acrobática. Uno lleva una cámara de vídeo de cierto tamaño que con destreza de cineasta mueve en logrados travellings mientras patina para captar justo el momento en el que su colega resbala por la arista mil veces mordida de lo que fue un banco de granito rojo. El más alto cuenta, sin dar su nombre y en un inglés correcto, que "el lugar es perfecto". Pero, ¿y los viandantes o la erosión?. "Hay espacio de sobra. No romperemos nada que no lo esté", se excusa convencido. Varios escolares de 12 años que suben de Hostafrancs les miran de reojo mientras enfilan el obligado rodeo.

El entorno degradado y fruto de tantos parches de la estación quiebra las rutas y espacios para usar a pie de vecinos y viajeros. Pero también tortura al tráfico. El galimatías de giros junto a Enric Bargés crea siempre confusión. El paso de cientos de taxis, incluido el carril exclusivo entre las plazas, abunda en una movilidad sin resolver.

La estación de buses de largo radio (Marruecos, Portugal, Polonia) de Viriat lleva años en precario a la espera de las nuevas instalaciones subterráneas incluidas en la reforma de la terminal ferroviaria que sigue en el limbo de Fomento. Todo es provisional y antiguo: módulos de taquillas o cuatro lavabos portátiles de obra con candados. Josep Ortiz, presidente de la Associació de Veïns d'Hostafrancs, denuncia: "Es una porquería, limpian pero sigue igual. Hay mucha inseguridad. Pedimos guardias y dicen que los asaltos bajan. Los vecinos evitan perder horas y no denuncian".