Una iglesia con cara

La fachada de la parroquia de Sant Joan Maria Vianney (Melcior de Palau, 56) es, cuanto menos, peculiar. Su forma de uve invertida, con una vidriera en el centro, semeja el ojo de la providencia, que simboliza la vigilancia de Dios sobre la humanidad. "Debido a su fachada, el interior de la iglesia parece una nave invertida. No es habitual. Solo recuerdo haber visto algo similar en la iglesia de Pont de Suert", explica Octavi Sánchez, párroco desde el 2004.

La iglesia de Sant Joan Maria Vianney comenzó a erigirse en los terrenos de la masía de Can Mantega en 1949 y fue inaugurada en 1952. "Hasta este año, los vecinos se reunían en un local de la calle de Alcolea", cuenta Sánchez. Su construcción se produjo durante de la posguerra, cuando se comenzaron a levantar iglesias como respuesta a las muchas que habían sido destruidas durante la contienda.

Nuevo barrio

También influyó otro hecho histórico: el XXXV Congreso Eucarístico Internacional, que tuvo lugar en Barcelona en 1952. Con motivo del mismo nació el barrio del Congrés en Sant Andreu. "Pero, además, las corrientes migratorias de los años 60 trajeron consigo el nacimiento de nuevos barrios y, con ellos, nuevas iglesias", contextualiza Sánchez. La parroquia de Sant Joan Maria Vianney es una de ellas.

Los jardines de Can Mantega, situados frente a la iglesia, están en obras por remodelación desde antes de las Navidades. El párroco lamenta que, por este motivo, la cabalgata de Reyes no paró este año en los jardines como siempre hace. "Tampoco podremos celebrar el Domingo de Ramos en la plaza", cuenta. En esta parroquia se celebra la popular bendición de ramos con actores que se disfrazan de apóstoles y con un asno de verdad. "Esto solo se hace en Sants. Siempre viene muchísima gente a vernos".

Con 67 años de historia, la parroquia Sant Joan Maria Vianney (en honor al francés patrón de todos los párrocos) solo ha tenido tres sacerdotes titulares. "Siempre ha habido mucha estabilidad", aclara el sacerdote.