Vieja reclamación territorial de la zona alta

Sarrià confía en que Trias devuelva el monasterio de Pedralbes al barrio

Conjunto gótico del siglo XIV del monasterio de Pedralbes por cuyo perímetro superior pasa el límite del distrito de Sarrià-Sant Gervasi.

Conjunto gótico del siglo XIV del monasterio de Pedralbes por cuyo perímetro superior pasa el límite del distrito de Sarrià-Sant Gervasi.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Según cuenta Santi Latorre, hombre de buena memoria para estas cosas, en el inicio del mandato anterior, Joan Puigdollers, edil de CiU adscrito a Sarrià-Sant Gervasi, hizo un llamamiento a devolver el monasterio de Pedralbes al barrio. Lo hizo desde la oposición, y la entonces edila del distrito, Sara Jaurrieta, le respondió con picardía que preguntara a sus colegas de partido en Les Corts, que también tienen electores a los que contentar, si la idea les parecía igual de bien. Ahí quedó la cosa. Santi, presidente de la Associació de Veïns de Sarrià, acudirá este mes al primer pleno de la etapa nacionalista y llevará ese recuerdo en la cartera. Y en este nuevo periodo, con Xavier Trias alcalde y Puigdollers en el cargo que antes ocupaba la joven concejala socialista, reclamará a CiU que devuelva «a su lugar de origen» el convento fundado por Elisenda de Montcada en 1326.

Lo de reconquistar este monasterio de monjas clarisas responde a una «deuda histórica» y a un «error garrafal en la división territorial» que el ayuntamiento hizo en los años 80. Al parecer, Pasqual Maragall decidió colocar Pedralbes en Les Corts para enmascarar el mayoritario voto conservador de este barrio pudiente (ver pieza adjunta). «Fue una división a lo bestia por una cuestión electoral, y además se hizo mal porque lo partieron en dos dejando de lado siglos de historia», lamenta este líder vecinal.

CONCEJALES Y AMIGOS / Hace 10 años, cerca de 2.000 sarrianencs firmaron un documento en el que se exigía la recuperación de este enclave religioso que llegó a dirigir el pueblo de Sant Vicenç de Sarrià e incluso a designar su alcalde. Jordi Hereu era concejal de Les Corts, y Carles Martí, su amigo y mano derecha durante el anterior mandato hasta que llegó la reforma de la Diagonal, mandaba en Sarrià-Sant Gervasi, lo que hacía muy difícil que se enfrentaran. «Me parece una demanda razonable, pero no nos pelearemos con Les Corts por esto», zanjaba entonces Martí.

Jaume Gras, editor de la revista Crònica de Sarrià, considera que esta circunstancia, la de haber tenido un alcalde que además vive en el distrito que en teoría saldría perdiendo, ha sido «el principal obstáculo para discutir el tema». Más allá de los vínculos históricos entre Sarrià y Pedralbes, Gras apela al corazón como mejor síntoma de la pertenencia real de este conjunto gótico. «Pedimos su devolución porque lo sentimos como propio, mientras que en Les Corts no hay vinculación afectiva con el monasterio», resume.

Narcís Rucabado, uno de los sarrianencs que más y mejor conoce el barrio, considera que la historia «debería haber mandado sobre la política» y celebra que la victoria de CiU abra una etapa en la que se podrá luchar con «más predisposición» por parte del ayuntamiento. A sus 84 años, le apena que nadie con poder político se haya dado cuenta de que Sarrià y Pedralbes «son una única unidad territorial y sentimental», y lamenta que el PSC no se haya avenido a dialogar «en ningún caso».

¿UN BARRIO PROPIO? / Jaurrieta, pocas semanas antes de las elecciones, recibía a este diario y se atrevía con esta peliaguda cuestión. Cogida un poco a contrapié, la entonces concejala de Sarrià-Sant Gervasi proponía «crear un barrio propio del monasterio» y que fuera «compartido con Les Corts». Admitía que tiene «toda la lógica que los sarrianencs lo reclamen como propio», y consideraba «irónico» que la medieval sede del distrito tenga el escudo de Pedralbes colgado en la escalinata, junto al de Sarrià, Vallvidrera y Sant Gervasi.

En Les Corts, mientras, optan por una posición menos pasional y más cerebral. Adela Argelat, secretaria de la asociación de vecinos, recomienda «no rememorar temas zanjados que ya estaban discutidos», y confiesa que la devolución del monasterio no está «entre las prioridades a tratar en el barrio». «No es un tema que tengamos encima de la mesa, pero en caso de que haya que discutirlo, escucharíamos a todas las partes y acataríamos la decisión municipal a pesar del riesgo de crear un precedente», asume.

Latorre no ve que haya nada zanjado. Más bien todo lo contrario. «Se lo pediré personalmente a Puigdollers, y si no se consigue nada, será más por un tema político de conflicto con sus compañeros de partido de Les Corts que por un tema vecinal». Víctor Solé, vocal de la Associació de Veïns de Pedralbes, reconoce que la reivindicación tiene «toda la lógica porque el monasterio siempre estuvo vinculado históricamente a Sarrià».

La pelota está ahora en el tejado de CiU, que deberá decidir entre abrir la caja de Pandora y atender la demanda vecinal o dejar las cosas como están y enfadar a uno de sus mayores caladeros de votos.