El restaurante Can Costa anuncia una reforma y su continuidad

La fiebre de traspasos que sacude en los últimos años a la Barceloneta y que se ha traducido en una enorme oferta comercial y gastronómica dirigida al turista, no devorará al menos a corto plazo a uno de sus establecimientos emblemáticos. Can Costa anunció ayer que se someterá a una reforma y modernización de cara a dar continuidad al establecimiento, tras haber rechazado las distintas ofertas de traspaso.

La enorme afluencia de viajeros que cruzan sus calles en dirección a la playa ha derivado en un monocultivo comercial en los últimos años del que alertan tanto los vecinos como los comerciantes de la zona. La oferta más creciente es la de colmados que despachan bebidas, alimentos, suvenires y artículos de playa, así como los de comida rápida. Sustituyen a los negocios tradicionales que no pueden competir con los altos alquileres y traspasos que están dispuestos a abonar muchos empresarios foráneos, en especial paquistanís, como informó ayer este diario. En el caso del paseo de Joan de Borbó, la transformación en pocos años ha sido radical. Muchos restaurantes de siempre se han extinguido para dar paso a dichos negocios turísticos, o han seguido con una aparente oferta marinera, pero con manos nuevas y una batalla de precios y captación de clientes.

Entre los restaurantes tradicionales que se mantienen, Can Costa (que suma tres generaciones) era uno de los que han recibido mayor volumen de ofertas de traspaso para abrir nuevos negocios, tanto por parte de empresarios paquistanís como de grupos de restauración locales que querían crear su propio equipo. Pero la propiedad afirma que ha descartado cualquier oferta y aseguró ayer que el negocio tiene continuidad garantizada tras una reforma que pondrá al día su privilegiada terraza y mantendrá «la misma línea de cocina» pero  actualizada.