El renacer de las floristerías

Ignasi Rossinés, en su comercio Hivernacle de Sants.

Ignasi Rossinés, en su comercio Hivernacle de Sants.

CRISTINA SAVALL / Barcelona

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por Barcelona están emergiendo floristerías inspiradas en tiendas nórdicas de elegante diseño, que estos días primaverales animan las calles con calas, rosas, limoniums, muguet y lilium. Desde Sant Jordi, con la gran venta de rosas, hasta el Día de la Madre, el próximo 5 de mayo, estos establecimientos cobran protagonismo en la vida de la ciudad.

La clave de los nuevos comercios es el diseño y la luz natural del espacio y una oferta original que cuida la estética y la combinación de colores y de texturas, especialmente en especies exóticas poco conocidas aunque procedan de viveros cercanos.

«La crisis es dura, pero hay futuro, sobre todo para las nuevas generaciones de floristas que han estudiado en escuelas especializadas y que tienen el coraje de abrir tiendas de calidad basadas en unir la tradición milenaria y la modernidad más creativa del arte floral», expone Lluís Vilagran, presidente del Gremi de Floristes de Catalunya.

El sector, con 800 tiendas en la capital, es uno de los más dañados por la subida del 21% del IVA. Por lo que busca fórmulas para combatir una crisis que ha llevado a cerrar a Violetes del Bosc, de la calle del Bruc y Flors Batlle, de la avenida de la República Argentina. «La mayoría de cierres se deben a la jubilación del propietario», considera Vilagran.

Jordi Ferran abrió en el 2010 Ferran Florista, un precioso espacio que atrae a los transeúntes de la calle de València, cerca del paseo de Gràcia. Se licenció en la Escola d'Art Floral de Catalunya y cursó estudios de jardinería en varios países europeos. «Mis abuelos, que eran payeses, tenían una parada en el mercado de la Concepció. Mi ilusión era abrir una tienda de flores cerca», explica Ferran, para quien los maestros floristas no son imprescindibles. «Pero ayudamos

-añade- a mejorar los estados de ánimo. De ello son conscientes muchas oficinas que a pesar de la crisis se decoran con flores». Sus referentes en el arte floral son los países escandinavos y Alemania, y en la creación de bodegones con distintas flores, Holanda y Francia.

Las ventas de ramos dependen de los aniversarios, de los santos y de los días más significativos de la vida de una persona. «En Barcelona no está extendida la costumbre de comprar flores cada semana», lamenta Miquel Batlle, mayorista especializado en cactus. «España se sitúa en el último lugar de ventas de flores en elranking europeo», advierte.

Xavier Montardit regenta Muguet, junto al mercado de la Abaceria. Es especialista en ramos de novia. «El sector está muy tocado por el IVA, pero hay que ser profesional, asesorar con criterio al cliente y distinguirse de las otras tiendas», detalla Montardit, que valora el producto dekilómetro ceroo proximidad y de rigurosa temporada, como las peonias o las rosasCharles de Gaulle. «Empieza la flor de verano», afirma.

CUARTA GENERACIÓN / Maria Ponsà podría trazar una línea recta de Barcelona hasta Mallorca con todos los ramos que ha creado en su vida. Su tienda de la rambla de Catalunya es una institución en Barcelona. «La más antigua de España. Soy la cuarta generación», dice. Aunque su local es centenario, el concepto de diseño es moderno. «Una flor te puede cambiar el día. Lo más importante es el trato personalizado con el cliente, saber qué sentimientos quiere transmitir. Siempre hacemos el ramo al momento», señala.

Crear jardines y huertos urbanos es la razón de ser de Hivernacle. «Hay oferta y hay demanda», asegura Ignasi Rossinés, dueño de este negocio ubicado en una nave de Sants. «Las mejores ventas son los fines de semana. Las floristerías animan los domingos», afirma. Las flores exóticas de Herbs sorprenden a los transeúntes de la calle del Rec. «Cada día vendemos más. En estos tiempos se deben ajustar los precios», concluye Cyril Landes, con tres tiendas.