Fracaso de la mediación para evitar la huelga de bus y metro

La plantilla de TMB no negociará nada si no cobra la subida pactada

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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mucho tendrán que cambiar las cosas para que la plantilla de TMB anule la huelga de metro y bus convocada para la semana que viene, del 27 de febrero al 1 de marzo, durante los días que Barcelona acoge el Mobile World Congress. Ayer se celebró la primera reunión con la mediación de la dirección general de Relacions Laborals y solo sirvió para confirmar que las posturas siguen igual de distanciadas, o incluso más, que la semana pasada, cuando las negociaciones bilaterales se rompieron. La compañía se presentó ante las autoridades de Treball con un plan de futuro para dilatar cuatro años el pago pendiente del IPC que se acumulará en cada ejercicio. Los trabajadores descartaron hablar del futuro cuando todavía hay cuentas pendientes del pasado y se agarraron al cumplimiento estricto del convenio colectivo, que supone el pago inmediato de unos 700 euros para cada empleado.

A los pies del edificio de la calle de Sepúlveda, un centenar de empleados de TMB hacían sonar sus silbatos para apoyar a sus representantes al grito de«Trias, o paga, o vaga». En la planta cuatro, mientras, se celebraban los encuentros de bus y metro por separado, con convenios distintos que presentan un mismo problema de fondo: la falta de dinero para financiar el transporte público y la necesidad de ahorrar para hacer frente a una inquietante deuda que ya supera los 270 millones de euros.

«FÓRMULAS DE COMPENSACIÓN» / La empresa, dada la coyuntura económica, ofreció a los sindicatos un periodo de cuatro años con «fórmulas de compensación por el esfuerzo de contención salarial que se debe realizar en estos momentos». Y los trabajadores se negaron a aceptar nada que no contemple el incremento salarial que viene establecido por los convenios colectivos vigentes. Sin atisbo de pacto, Treball decidió levantar las sesiones y volver a citar a las partes para hoy (metro) y mañana (bus), cuando ya se tratarán asuntos concretos como los servicios mínimos que debe aprobar el Govern y que podrían alcanzar el 70% durante las horas punta. Miguel Ángel Arias, presidente del comité de empresa de bus, lamentó que la compañía no les deje «otra opción que no sea ir a la huelga». «Estamos dispuestos a reunirnos hasta el domingo por la noche si hace falta, pero si no hay cumplimiento de lo que está firmado, no hay más que hablar», resumió. Misma opinión expresaba Pere Ramon, su homólogo del subterráneo, que esperaba que la empresa traiga hoy las cuentas «para aclarar cuánto se llevan los directivos».

Xavier Trias, preguntado una vez más sobre el asunto en Catalunya Ràdio, se puso por primera vez en un escenario de ciudad sin bus ni metro. «Si alguien cree que una huelga de transporte crea una situación en la que no se pueden hacer congresos, está en un error», desafió el alcalde, que dejó claro que sería una «equivocación» ceder ante las demandas sindicales.