REUTILIZACIÓN EFICIENTE

La moda de los rastrillos

Los mercados de segunda mano e intercambio ganan adeptos

LUIS BENAVIDES

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La proliferación en los últimos cinco años de los mercados de segunda mano y de intercambio es un hecho incontestable. Las ferias en nuestro país han crecido en número, y también en regularidad. Sin ir más lejos, ya no hay fin de semana sin rastrillo en alguno de los 36 municipios del área metropolitana de Barcelona. La explicación obedece a la combinación de diversos factores, desde el aumento de la conciencia ecológica a los caprichos de la moda, sin olvidar una muy delicada coyuntura económica que favorece la recuperación del trueque y la compra de objetos usados a precio de saldo.

El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) apoya y promociona todas estas iniciativas a través del programa de prevención de residuos Millor que nou! 100% vell y su agenda en línea (www.millorquenou.cat). «El AMB actúa como aglutinador de todos estos mercados, pero también facilita su organización con el asesoramiento a los ayuntamientos y entidades que quieran tirar adelante un proyecto similar», explica Albert Torras, jefe de la Secció de Prevenció de Residus del AMB.

El Mercat del Trasto de Badalona no ha dejado de crecer desde su primera edición en el 2005 y ejemplifica este auge de los mercadillos de segunda mano. «Comenzamos con 64 paradas, y actualmente cada edición tiene unos 500 paradistas. También se han ido haciendo más ediciones por año desde el 2011», explica Enric Cahner, coordinador de Educació Ambiental del Ayuntamiento de Badalona. «Nuestros abuelos guardaban todo y no tiraban nada. Las cosas se reaprovechaban y pasaban de una generación a otra. En este sentido, los mercados de segunda mano pueden cumplir esta misma función: reaprovechar los objetos», añade Cahner.

INSCRIPCIÓN SOLIDARIA

El interés por la feria de Cornellà de Llobregat también ha crecido desde su primera edición en el 2008. «Hemos introducido algunas novedades como la inscripción solidaria. Los que quieran vender productos deben traer alimentos no perecederos o dinero», explica Manuel Ceballos, concejal de Espai Públic i Medi Ambient del Ayuntamiento de Cornellà. Ceballos destaca la función educadora de este tipo de acciones en la calle, en la que participan diferentes escuelas del municipio, al fomentar la reutilización y el consumo responsable.

En el mismo municipio, pero concretamente en el barrio de El Pedró, también coge fuerza Nou de Trinquis, una feria de segunda mano coorganizada por diferentes entidades.

En el mercadillo organizado desde hace tres años por la empresa de inserción sociolaboral Andròmines, en Montcada i Reixac, no se admiten euros. «La gente intercambia todo tipo de objetos y servicios. Por ejemplo, puedes ofrecer cortar el pelo gratis a cambio de alguna cosa que necesitas», explica el coordinador, Xavi González, quien destaca el papel de las dos deixalleries que la entidad sin ánimo de lucro gestiona. «Al mercadillo llevamos objetos que la gente no quiere pero que podrían servir para otras personas. Los arreglan los alumnos de nuestro curso de gestión de residuos y se llevan al mercadillo», añade González.

GANGAS A LA MODA

El proyecto Flea Market, muy asociado a los jóvenes catalogados como hipsters, comenzó en el 2007 de la mano de un grupo de habituales de los mercadillos de segunda mano. «La idea de comprar cosas originales o sacarte algo de dinero vendiendo cosas que ya no te pones tenía cada vez más aceptación entre los jóvenes. Comenzó con personas de entre 25 y 35 años, con conocimientos en redes sociales, para hacer difusión, y ahora ya participan todo tipo de personas», explica Mark Dix, vicepresidente de la feria, con 200 paradistas en las últimas ediciones y la friolera de 19.000 seguidores en Facebook.

Una de las ferias más jóvenes es la Art&Vintage, un mercado popular itinerante, con solo un año de vida. «Queremos promover la reutilización de los objetos con productos de segunda mano por todo el Vallès, donde todavía no hay mucha cultura de este tipo de mercados», explica Lola Pérez, una de las cofundadoras del mercadillo. Como principal particularidad respecto al resto de ferias, en Art&Vintage   los objetos usados cohabitan con nuevas creaciones artísticas hechas a mano.