La pobreza en la capital catalana

Más de 750 voluntarios peinan BCN para actualizar el padrón de sintecho

Un hombre extranjero duerme en el portal de una finca de la avenida de Roma, entre las calles de Urgell y Comte de Borrell, la madrugada de ayer.

Un hombre extranjero duerme en el portal de una finca de la avenida de Roma, entre las calles de Urgell y Comte de Borrell, la madrugada de ayer.

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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Una fría noche de marzo del 2008 unos 700 voluntarios, respondiendo a una inédita llamada de oenegés, se prestaron a colaborar en un estudio para consensuar, contándolas, el número de personas sin techo que pernoctaba en Barcelona y su perfil. De esa labor se hizo una fotografía sobre quién duerme en las calles: mayoritariamente un hombre, extranjero y con una media de 41 años. Han pasado más de tres años de aquella experiencia pionera, a la que le precedió una prueba piloto en Ciutat Vella, y las oenegés han vuelto a echar mano de la buena predisposición de muchos ciudadanos por los temas sociales. La noche del martes y la madrugada de ayer, más de 750 personas volvieron a peinar los 10 distritos de la ciudad. El objetivo, a la par que actualizar este padrón de pobres para ajustar mejor las políticas sociales y la atención de las propias entidades, es sensibilizar a la ciudadanía.

Los voluntarios, concentrados a partir de las diez de la noche en el centro cívico Cotxeres de Sants, se distribuyeron en 158 zonas de la ciudad con el apoyo de coordinadores de oenegés. En algunas de ellas participaron periodistas, como el grupo al que se adjudicó una parte del barrio de la Nova Esquerra del Eixample, un ámbito de 20 manzanas delimitado por las calles de Urgell, Mallorca, Rocafort y Gran Via, que tuvo la ocasión de recorrer un equipo de el PERIÓDICO.

900 PERSONAS HACE TRES AÑOS / En esta zona, tras un minucioso trayecto de unas dos horas bajo la batuta de Maria Pomés, de la Fundació Arrels, una de las entidades de referencia que trabaja en favor de los sintecho, se detectaron a ocho personas sin hogar: cinco durmiendo en cajeros de entidades bancarias (tres de ellas juntas), dos en portales de viviendas y uno en una zona verde colindante con el edificio de Telefónica de la avenida de Roma. La mayoría, por lo que pudo vislumbrar, hombres de mediana edad inmigrantes. Según el diagnóstico del 2008, cuando se contabilizaron a unas 900 personas (265 en asentamientos), las calles, plazas y cajeros del Eixample y de Ciutat Vella concentran a la mitad de los pobres.

No obstante, a diferencia de aquella vez, cuando los voluntarios también entrevistaron a los sintecho que no dormían en ese momento, en esta ocasión se optó por evitar violentarlos y los participantes únicamente anotaban los datos que se podían visualizar. Los resultados de este estudio impulsado por la Red de Atención de Personas sin Hogar (que agrupa a 27 oenegés y de la que también forma parte el Ayuntamiento de Barcelona), y auspiciado por la Obra Social La Caixa, se presentarán durante el primer trimestre del próximo año, según explicó poco antes de empezar la larga noche la concejala de Calidad de Vida, Maite Fandos, que se sumó a la iniciativa, al igual que su predecesor, el ecosocialista Ricard Gomà.

Este nuevo diagnóstico, que se analizará durante las próximas semanas, además de actualizar los datos tiene la clara intención de sensibilizar a la ciudadanía, así como a la Administración. Porque, como presagió ayer Pomés poco después del recuento, ya de madrugada, los efectos de la brutal crisis se verán traducidos dentro de unos tres o cuatro años en un considerable aumento de personas sin techo. Un augurio que coincidieron en pronunciar representantes de otras entidades que participaron en el recuento. Y es que con el actual panorama económico, es momento de recordar, subrayan miembros de Arrels, lo que un sintecho usuario de esta oenegé le dijo hace un tiempo a un voluntario: «Estás mucho más cerca de estar como yo que de tener un yate».