Barcelona tiene poder... latino

Carteles RIcard Cugat

Carteles RIcard Cugat / periodico

NANDO CRUZ / BARCELONA

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Los ritmos latinos ganan cada día más terreno en la noche barcelonesa. Prueba de ello es el creciente número de salas y discotecas que programan sesiones y conciertos de salsa, bachata, reggaeton, cumbia, merengue y mambo. Cada año pasan más giras de artistas latinoamericanos por la ciudad, giras que se publicitan a través de emisoras de músicas latinas y de carteles pegados en pirulís y establecimientos de los barrios con más población de origen latino.

Según datos del Idescat del 2015, de los 2,2 millones de habitantes censados en el Barcelonès, 81.500 tienen nacionalidad de algún país sudamericano y 31.800, de América del Norte o Central. Son cifras que han ido cayendo desde que se inició la crisis y no incluyen a los catalanes de familia latinoamericana. Este sólido sector de habitantes barceloneses es el principal destinatario de la creciente y diversa oferta de música latina. Solo este domingo coinciden en Barcelona el venezolano Miguel Moly (en la Viejoteca Caña Dulce), el colombiano Luis Mateus (en La Cantina) y la dominicana La Materialista (en The Bunker).

El paisaje nocturno barcelonés cambia día a día. La histórica sala KGB es hoy la discoteca Canela y se baila reggaeton, merengue y salsa. La antigua La Boite es La Cantina y allí mandan las rancheras y el vallenato. El Barts Club, en el piso superior de la sala Barts, es de los locales más ricos en música latina. Up & Down y Àtic acogen cada vez más actuaciones para el público latino. Y en San Pues, además de conciertos, también hay pases de humoristas latinos. De las más tradicionales a las más modernas, de las más folclóricas a las más urbanas, las músicas latinas son punto de encuentro y goce para barceloneses con raíces en Perú, Ecuador, Colombia, Chile, Bolivia y demás países del Cono Sur.

CAMPAÑAS DEL SIGLO XX

Más allá de las redes sociales, el método de promoción de los eventos latinos es el del siglo XX: carteles pegados en los pirulís. En el centro de Barcelona solo se ven los de artistas famosísimos como Kevin Roldán o Maluma, pero paseando por L’Hospitalet y Nou Barris te pones rápido al día de las visitas del bachatero Joe Veras, los peruanos Clavito y su Chela, el reggaetonero El Nene La Amenaza, el colombiano Nelson Velasquez, o los dominicanos Grupo Extra.

En este circuito, las entradas no se venden en tiendas de discos. Y, rara vez, a través de multinacionales de venta telemática. Sale más a cuenta pactar con establecimientos de la ciudad frecuentados por público latino. David López, de Producciones Vikingas, aún recuerda cómo en un restaurante chileno de la calle Rec vendía 400 entradas para un concierto de los chilenos Chico Trujillo. Cuando organiza conciertos de artistas argentinos, contacta con federaciones locales de seguidores de Boca Juniors y River Plate. Los consulados también son un buen canal para llegar a las comunidades de cada país latinoamericano.

Pero el mejor camino para dar con el público latino son los comercios que regentan y frecuentan los migrantes latinos y sus familiares. En especial, bares, colmados de alimentos latinos, restaurantes y locutorios. Abundan en el distrito de Nou Barris, en L’Hospitalet, en Sants y cerca de Sagrada Família. También hay comunidades numerosas de chilenos en Tossa de Mar; de argentinos, en Castelldefels, y de dominicanos, en los barrios de la Ribera y del Poble Sec.

EL DIAL MÁS SABROSO

La flagrante falta de interés de los medios catalanes por informar sobre estas músicas hace que los promotores latinos hayan buscado sus propios canales. Emisoras latinas como Bachatea Radio y Sol Radio anuncian continuamente  conciertos y otros eventos. El empresario latino Áxel Pacheco programa actuaciones en las salas Melao y Mambo Disco Show y planea dar visibilidad a sus negocios desde su propio canal, La Mega FM, aún en gestación.

En estas emisoras, las cuñas radiofónicas mencionan los puntos de venta de entradas: restaurantes, bares y otros comercios que también acogen 'flyers' y carteles. Algunos los cuelgan en la entrada. Otros, en el lavabo porque saben que allí la clientela se fijará más. También hay establecimientos colaboradores: su logo sale en el cartel y a cambio costean parte del gasto de impresión y pegada. Si se anuncian cinco locales, se reparten el gasto entre cinco.

Todo ello genera circuitos cohesionados donde la información circula con velocidad y eficacia. Algunos empresarios con impulso incluso se animan a organizar conciertos. Es el caso de Marlin Oro, cadena de compra-venta de oro que tiene su división en el mundo de la música. Marlin Disco es el nombre que toma la sala Átic cuando ellos traen de gira a Chocó Orta o a Galy Galiano.

HASTA EL PARC DEL FÒRUM

En fechas señaladas, como la visita de los bolivianos Los Kjarkas o el Día de Perú, los actos se trasladan a recintos de gran aforo como el Palau Olímpic de Vall d’Hebron. Entonces, el evento dura todo el día y música y gastronomía comparten protagonismo. Y festividades multitudinarias como el Día Nacional de Colombia se han celebrado en el Parc del Forum.

Aunque el interés de la sociedad catalana siga siendo escaso, el latido latino ya es uno de los más intensos de la ciudad. Y que nadie piense que esto es una fiebre pasajera. La temporada 2017 arrancará por todo lo alto el 5 de enero con Lalo Rodríguez, el intérprete de la archiconocida 'Devórame otra vez'.