BARCELONEANDO

Gran Hermano Sónar

El Barcelona Supercomputing Center estudia el comportamiento del público en la última edición del festival

El artista canadiense Martin Messier en plena actuación, el jueves pasado en uno de los conciertos pre-Sónar.

El artista canadiense Martin Messier en plena actuación, el jueves pasado en uno de los conciertos pre-Sónar. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Fernando Cucchietti, físico cuántico al servicio del Barcelona Supercomputing Center (BSC), el mismo que tiene por emblema al todopoderoso superordenador Mare Nostrum, avisa: "Nos están vigilando". Y por si el personal tiene mala memoria, recuerda quiénes lo hacen: "Nos escuchan los gobiernos y nos observa la policía con sus cámaras, las mismas cámaras de vigilancia que nos controlan en las tiendas. Nos siguen las redes sociales y nos sigue, por supuesto, nuestro ordenador con sus 'cookies', además de las telefónicas". No hay escapatoria. La única solución es el suicidio digital o, lo que es lo mismo, apagar el móvil y todos los dispositivos electrónicos. Tras tanta advertencia ataca con una sorprendente revelación: "Nosotros lo hicimos [vigilaros] en el Sónar

Fue en la pasada edición y fue a través de los móviles. ¿Por qué? "Queríamos entender el festival, comprender cómo se mueven por ese espacio más de 100.000 personas durante tres días, un entorno tan complicado como científicamente interesante", afirma. Pero que nadie se alarme: el estudio fue completamente anónimo. Aunque, parafraseando la terrorífica novela (después película) de Lois Duncan, lleva por título el nada reconfortante 'We know what you did last Sónar' (Sabemos lo que hicisteis el último Sónar).

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El objetivo era ese, averiguar el comportamiento del público durante el festival. Pero no todos los asistentes fueron rastreados, solo lo fueron los que participaron en el Sónar de Día, llevaban el móvil encima y el wi-fi en marcha. Para seguir los pasos de los melómanos de la electrónica, Cucchietti y su equipo colocaron 12 sensores al alcance de cualquiera: "Sin accesorios cuestan 20 euros". Una tecnología barata que no deja acceder a los datos privados, solo a la llamada MAC Address (un número que identifica el 'hardware').

Algo buscado a propósito: "Es una manera de dar visibilidad al seguimiento al que somos sometidos por tecnologías invasivas. La que nosotros utilizamos no lo es, y además avisábamos a la gente", aclara Cucchietti. Al tiempo que reconoce que, de hecho, "no hay ninguna manera de asegurar el total anonimato en la web, si cruzas suficientes bases de datos puedes acabar sabiendo la identidad de la persona que hay detrás". Ellos no lo hicieron. Tampoco era el objetivo.

Tras recopilar 300 millones de puntos (ahí es nada) y luego filtrarlos (tardaron lo suyo), el estudio sacó varias conclusiones que fueron presentadas el jueves pasado coincidiendo con la primera de las actividades prefestival: 'A Taste of Sónar+D'. Un aperitivo de la cita y del congreso que la acompaña que se resume en cuatro actuaciones de músicos (entre marzo y mayo) que utilizan instrumentos innovadores, y una cola para entrar  al espectáculo tan larga como la del verdadero festival. El del jueves fue un concierto de luz y sonido realizado a partir de radiofrecuencias imperceptibles para el ojo y oído humano que llevaba la firma del canadiense Martin Messier.

MANDAN LOS INGLESES

Una tormenta eléctrica que precedió las conclusiones que desgranó Cucchietti. Algunas serias, como que por el festival se mueven básicamente tres grupos de asistentes: los que buscan la música electrónica más experimental, los que se decantan por la vertiente más 'hardcore' y los que apuestan por los grandes nombres de la cita. Interesante fue también saber que durante el Sónar de Día mandaron los artistas ingleses: por número de público ganó Felix Dickinson pero si lo que cuenta es la fidelidad de los seguidores (algo que puede saberse a través de inexplicables algoritmos), los laureles fueron para Squarepusher. Los datos más curiosos se resumen en que los usuarios del sistema Android son más madrugadores que los usuarios de Iphone, y en que el público del Sónar lleva en sus bolsillos más dispositivos con el logo de la manzana incrustado que la media de la calle.

Y si quiere saber qué hizo en el último Sónar, busque la MAC Address de su teléfono y paséese por www.bsc.es/viz/whatyoudid.