El delito agobia más que el paro en L'Hospitalet

El paro no es el mayor de los problemas de L'Hospitalet. Por segundo año consecutivo, el primer puesto de ese podio de lo peor de la ciudad lo ocupa la inseguridad ciudadana, según el barómetro municipal que ayer hizo público el ayuntamiento. Que en pena crisis ese sea el orden de las inquietudes ciudadanas, dice mucho de L'Hospitalet. El consuelo es que esa percepción decrece. En el 2013 eran un 26,2% los encuestados que señalaban la elevada inseguridad ciudadana como el principal problema a resolver. Ahora son el 22,4%. Lo paradójico es que los mismos encuestados, si la cuestión planteada es cuál es el mayor problema en sus hogares, vence de forma indiscutible la falta de empleo (44,4%)

En el barómetro de este año, el paro (18,7%) y la inmigración (18,2%) casi empatan como segundo problema de la ciudad. El cuarto puesto lo reservan los ciudadanos a lo que consideran la deficiente limpieza de las calles y los parques.

El barómetro municipal permite realizar esa lectura preocupante sobre L'Hospitatet, pero también es perfectamente posible una más luminosa. Por primera vez desde que comenzó el actual mandato de la alcadesa Núria Marín son mayoría los vecinos que creen que la ciudad en general y sus respectivos barrios han mejorado (42,8%), frente a los que sostienen que ha empeorado (35,1%). Más aún. Si se pregunta a los encuestados cuál es su pronóstico sobre el futuro inmediato de L'Hospitalet, ganan con claridad los que creen que será mejor (48,6%) y son solo un 24,8% los que creen que el 2015 será todavía peor.

La gestión municipal merece por parte de los ciudadanos idéntica nota desde hace dos años, un 5,9. Son pocos los que suspenden la labor del equipo de gobierno. También los servicios públicos que ofrece la ciudad parecen ser notablemente apreciados. El que más, el servicio de teleasistencia, que recibe una nota de 8,2 puntos, Está incluso por delante 7,7 que se le otorga al buque insignia de la oferta cultural de la ciudad, la Tecla Sala.

La alcaldesa también obtiene un aprobado por su gestión. Recibe una nota media de 6,2. Solo un 15,5% de los encuestados le concede un suspenso a su labor.