Sexo, drogas y butano

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Joakim Robin Berggren robó un camión de butano "como podría haber robado cualquier otra cosa", ha asegurado este miércoles el 'conseller' de Interior, Jordi Jané, para eliminar cualquier relación posible entre este ciudadano sueco y un atentado terrorista. No fue un atentado. Fue el peligrosísimo final de una noche de sexo y drogas.

Antes de subirse al volante de un vehículo cargado con bombonas de gas butano, intentó robar una motocicleta en la avenida del Paral·lel sin éxito. También quisó parar y subirse a varios coches que circulaban por la misma calle. Estaba muy alterado y necesitaba ir a algún sitio. Eligió el camión de butano, cuando su repartidor hacía entrega de una bombona y se había dejado las llaves puestas en el contacto. Arrancó y, aunque desde lejos una vecina del Poble Sec afirmó que resultaba evidente que no sabía conducir camiones, sembró el pánico por la capital catalana.

Agentes de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Urbana se jugaron el tipo para detenerlo. Perdió más de 50 bombonas de butano que salieron disparadas en cada curva y en cada banda rugosa que sobrepasó a toda velocidad. Embistió coches y estuvo a punto de atropellar a varios peatones que a esa hora -las 10.30 de la mañana- paseaban tranquilamente por la plaza de Pau Vila, en dirección a la Barceloneta. Una mujer brasileña, con auriculares y sin poder oír las advertencias que le lanzaban los policías para que no cruzaran, fue la que más cerca estuvo de ser arrollada. Lo impidió un agente antidisturbio que la agarró por el brazo en el último instante.

La secuencia, la de un camionero kamikaze que no se detenía ni ante los disparos de la policía, conectaba inevitablemente con las 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Berggren no era un terrorista.\u00a0","text":"Era un turista que ven\u00eda de correrse una juerga antol\u00f3gica"}}matanzas yihadistas de Niza o de Berlín. Pero Berggren no era ningún terrorista islamista. Era un turista que venía de correrse una juerga antológica un lunes por la noche. Y que estaba desesperado por llegar a algún sitio el martes por la mañana. Se desconoce a dónde quería ir. Lo que poco a poco va quedando claro es de dónde venía.

RESACÓN EN BARCELONA

Joakim aterrizó por la mañana en el aeropuerto de El Prat procedente de Moscú. Había hecho escala allí volando desde Dinamarca. Llegó junto a un amigo. Ambos tenían un billete para volar hasta Madrid ese mismo día a las 21.45 horas. Aprovecharon el tiempo de espera para conocer Barcelona, en día soleado. Durante la visita, conocieron a cuatro compatriotas suecos de vacaciones. Compadrearon y se olvidaron de Madrid. Buscaron un hotel cerca del Paral·lel, alquilaron dos habitaciones, una para él y otra para su amigo, y a las 23.00 horas se reencontraron con los nuevos amigos para salir de fiesta.

La investigación de los Mossos d’Esquadra ha podido reconstruir el itinerario que siguió la pandilla de los seis suecos. Entraron a un casino. No estuvieron mucho tiempo allí. Después acudieron a un prostíbulo del barrio del Eixample. Aquí se entretuvieron más. No lo bastante.

Tras la estancia en este burdel, buscaron otro. En este segundo 'meublé' volvieron a quedarse otro un buen rato. Tampoco fue

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El sueco","text":"\u00a0pas\u00f3 por un casino y dos prost\u00edbulos y\u00a0estuvo con varias mujeres en el hotel. Dicen que se gast\u00f3 20.000 euros"}}

suficiente. A altas horas de la madrugada, regresaron al hotel de los amigos suecos. Los vieron llegar acompañados de mujeres, posiblemente prostitutas. Cuando robó el camión de butano, venía del hotel de la pandilla sueca.

Durante esta noche de desenfreno, hubo alcohol y hubo drogas. Los análisis toxicológicos que le han practicado todavía no han ofrecido ningún resultado que se haya hecho público oficialmente. Se da por hecho que, con independencia de lo que hallen en este, consumió cocaína y bebió sin contemplaciones. Al ser inmovilizado por los Mossos, encima llevaba el pasaporte y 3.000 coronas suecas en efectivo. No hay datos bancarios que certifiquen cuánto dinero se gastó la pandilla sueca durante la noche, pero algunos cálculos acercan la cifra a los 20.000 euros. 

CONOCIDO DE LA POLICÍA SUECA

Joakim es un viejo conocido de la policía sueca. En abril del 2008 fue condenado a tres años de prisión por violencia machista. Arrastra detenciones por hurtos y sanciones por tenencia de estupefacientes. También por conducir sin carnet y bajo los efectos del alcohol.

Tras ser arrestado, tuvo que ser ingresado en un CAP debido al estado de agitación en el que se encontraba. Más tarde, fue trasladado a la unidad psiquiátrica de un hospital. Allí sigue bajo custodia policial. No ha sido posible interrogar al amigo sueco. Parece que le ha faltado tiempo para huir de la ciudad cuando se enteró de la que había liado Joakim. 

Quizá Berggren, que estuvo a punto de matar a varias personas con su camión, en el fondo solo quisiera volver a reunirse con la pandilla sueca, para seguir la juerga.