INVESTIGACIÓN DE UNA TRAMA DE BLANQUEO DE DINERO

Los clubs de prostitución cerrados sedaban a clientes para estafarles

El club Fuego, clausurado por orden judicial.

El club Fuego, clausurado por orden judicial.

MAYKA NAVARRO / J. G. ALBALAT / BARCELONA

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Con la condición de testigo protegida para salvaguardar su identidad, una mujer ha ratifiado hoy viernesr ante la jueza que investiga la red de blanqueo de capitales procedentes de la prostitución que en ocasiones las mujeres que trabajaban en los clubs de alterne Fuego y Night Beach sedaban a sus clientes para alterar su voluntad y manipular los pagos con tarjetas de crédito. Tras esta declaración, la jueza ha firmado la orden de libertad de los empresarios de la noche Juan Balcells, dueño y alma del desaparecido club Bailèn 22, y Carlos Caballero, con una fianza de 60.000 euros. Los cuatro guardias urbanos de Barcelona detenidos también durante la operación en la que fueron arrestadas 25 personas continúan encarcelados.

Fuentes jurídicas han asegurado a este diario que la testigo protegida, que ha trabajado en uno de los locales investigados, ha confirmado ante la jueza Miriam de Rosa Palacios su declaración a los Mossos, en la que detalló que algunas prostitutas vertían en las bebidas de sus clientes una sustancia para aturdirles y después cobrarles de más por consumiciones o servicios inexistentes.

Cuando el cliente no tenía dinero en efectivo, podía pagar a través de su tarjeta de crédito, pero, para que no apareciera esa operación en sus cuentas, se utilizaba como intermediaria una empresa financiera. Para ello, el club disponía de un datáfono especial con el que, mediante un código secreto en poder del local, se podía realizar el pago. «Era como un cajero. Se le daba el dinero al cliente en efectivo y después la financiera le cobraba» con intereses, ha explicado un abogado. Los investigadores sospechan que con el aturdimiento de los clientes se cobraba de más y que con el número de la tarjeta de los usuarios se cargaban también más gastos.

Denuncias de clientes

Precisamente, las denuncias de clientes que habían sido estafados por las prostitutas fueron las que dieron pie a la investigación que ha culminado con el desmantelamiento de la presunta trama dedicada al blanqueo de dinero procedente de la prostitución. Tirando del hilo, los Mossos descubrieron la posible connivencia de agentes de la Guardia Urbana de Barcelona que podrían haber recibido prebendas por hacer la vista gorda ante las actividades de prostitución realizadas en el Nigth Beach y el Fuego, locales que han sido precintados. Los cuatro agentes imputados de las comisarías del Exiample y Sants Monjüic continúan en prisión, acusados de los delitos de cooperación con organización criminal, revelación de secretos y sobornos. Está previsto que el 29 de octubre declaren en el juzgado otros sospechosos que fueron detenidos por los Mossos, pero que después fueron liberados.

Licencias irregulares

A pesar de que la jueza decretó ayer su libertad bajo fianza, Balcells y Caballero son piezas clave de una compleja instrucción en la que se intenta desenmascarar una trama societaria que presuntamente blanqueaba dinero de la prostitución. Los dos empresarios de la noche están imputados por delito fiscal continuado, blanqueo de capitales e incitación a la prostitución. La policía también investiga si bajo la apariencia de un préstamo los imputados se traspasaban el dinero entre ellos.

La jueza ha levantado el secreto de las actuaciones respecto a la parte de la investigación judicial relativa a la incitación a la prostitución. Sin embargo, aún permanece en secreto la parte considerada más importante y delicada y que está relacionada tanto con los guardias urbanos detenidos, como con presuntas irregularidades en la concesión de licencias municipales para locales de ocio. En este sentido, la jueza ha solicitado a organismos públicos una serie de expedientes administrativos.