Polémica medida municipal

El castillo de Montjuïc también será de pago desde el lunes

Las nuevas taquillas en el castillo de Montjuïc, que será de pago en marzo.

Las nuevas taquillas en el castillo de Montjuïc, que será de pago en marzo. / periodico

HELENA LÓPEZ / Barcelona

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A la instauración de peajes en el parque Güell -desde el pasado mes de octubre- y en el recinto modernista del Hospital de Sant Pau -a partir del próximo 17 de marzo- a ocho euros la entrada en cada uno de los espacios, se sumará ahora el mucho menos artístico castillo de Montjuïc, para cuyo acceso habrá también que pasar por caja en breve, como explicará hoy el Ayuntamiento de Barcelona en la presentación del nuevo plan de gestión de la fortificación, que el municipio pretende meter en los circuitos turísticos. Las entradas, de pago desde este lunes, costarán cinco euros.

Según fuentes del ICUB, el plan tiene como objetivos «poner en valor el conjunto monumental impulsando su uso ciudadano como equipamiento cultural y de ocio, promover la recuperación de la memoria histórica y ciudadana asociada al castillo y [ahí el punto polémico] ofrecer unos servicios culturales y turísticos de calidad»; servicios que se han adjudicado a la empresa privada Magma Cultura, presidida por Artur Duart, hermano del presidente de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA). Así lo confirmaron ayer a este diario fuentes de la negociación.

El líder municipal de los socialistas, Jordi Martí, mostró ayer por la tarde en su cuenta de Twitter su rechazo a la medida avanzada por 'LaVanguardia.com', donde se informaba que la entrada de pago afectaría a todo el interior de la fortaleza y empezaría a cobrarse la semana que viene. "Pagar por visitar el castillo de Montjuïc demuestra la manía privatizadora del gobierno de Trias. El recinto se había recuperado para la ciudad, no para hacer negocios", añadió Martí a este diario.

Espacio cargado de memoria

El cobro de entrada para acceder a un lugar cargado de memoria, donde fusilaron al 'president' Lluís Companys, tampoco gusta en absoluto al líder de ICV-EUiA, Ricard Gomà. "La medida se sitúa en las antípodas de lo que defendemos para el castillo. Estamos en contra de la mercantilización y la banalización de un espacio de memoria, que forma parte de la historia de muchos barceloneses", críticó indignado el ecosocialista.

En la misma línea se expresó a este diario Lluís Rabell, presidente de la Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona, quien aseguró que la privatización de la fortificación supone «un paso más en la 'parquematización' de la ciudad". "Este ayuntamiento es experto en coger lugares emblemáticos y, en vez de socializarlos, ponerles al servicio del negocio turístico", prosiguió Rabell.

Pese a que se ha llevado con absoluta discreción, las intenciones de convertir el destartalado castillo -al que pocos barceloneses acceden, salvo en fechas señaladas, como la Mercè-, en equipamiento cultural y turístico son conocidas desde hace mucho tiempo. El municipio presentó el pasado mayo una medida de gobierno en la que ya se hablaba de "potenciar el castillo como recurso turístico de la ciudad", para lo que hace falta dinero, ya que la fortificación está muy deteriorada.

La asociación Amigos del Castillo de Montjuïc, vinculada al extinguido museo militar -lugar donde se conservaba hasta hace algunos años la última estatua ecuestre de Franco en la ciudad- tiene actualmente su sede en el espacio, por lo que ha mostrado al Partido Popular su preocupación por los cambios que se plantean en el espacio, donde hasta ahora programaba actividades.