Barcelona aplaza la decisión sobre los 'afters' y Viladecans los liquida

Alas seis de la mañana todos a casa. O a seguir la juerga en la calle. El entorno metropolitano de Barcelona se quedará muy pronto sin opciones de ocio matinal a no ser que sea clandestino o que resista inicialmente las cuantiosas sanciones que prevé el reglamento que regula al sector del ocio nocturno desde el pasado septiembre, mientras que el ayuntamiento de la capital catalana está adaptando la norma y estudia si flexibilizarla o no para dar cabida a estos locales, ya que las condiciones generales exigidas en Catalunya obligarían al cierre fulminante de toda la oferta.

Pasados unos meses y estudiadas a fondo las exigencias del reglamento, el municipio rey en materia de locales matinales o afters, Viladecans, donde ha habido históricamente más permisividad, ya ha movido ficha y comunicado a algunos de los recintos con más poder de convocatoria de la provincia que deben cerrar en unos días. En Barcelona, la decena de opciones que funcionan en la actualidad se hallan situadas bajo edificios de vecinos o equipamientos, lo que imposibilita su legalización como tales a no ser que el ayuntamiento adapte con más tolerancia la ley, una de las atribuciones que le permite la Carta Municipal.

CONFUSIÓN / Tras muchos años de alegalidad, la aprobación de la ley de espectáculos públicos y actividades recreativas, a la que siguió el año pasado el reglamento de aplicación, fue vista por el sector como un paso adelante en el reconocimiento de un tipo de oferta que ha tenido una clara demanda en los últimos 20 años. La decisión era pionera y supuestamente progresista. Pero la realidad es que la letra pequeña, o sea los condicionantes, hacen muy difícil -por no decir imposible- la concesión de una licencia de after hours para poder bailar a partir de las seis de la mañana. La ley contempla que abran de 7.00 a 14.00 horas, pero impone una distancia de 500 metros respecto a zonas residenciales.

Se da por hecho que deberán mudarse de los cascos urbanos, pero al recaer en los municipios la potestad de conceder las licencias, difícilmente ningún ayuntamiento va a apostar por dar alas a discos matinales en zonas apartadas.

Sin ir más lejos, el más espectacular, el Souvenir, en un polígono industrial de Viladecans, tampoco cumple con las distancias requeridas, entre otros puntos. La notificación deja claro que, como otros, deben cerrar antes del próximo fin de semana, algo que harán voluntariamente con una gran fiesta (día 27), aunque mantendrán la actividad nocturna. En el caso del Merci, hay un pulso legal abierto sobre los detalles del plan urbanístico que regula esa zona industrial.

El alcalde de Viladecans, Carles Ruiz, explica que simplemente han estudiado minuciosamente la ley, han comprobado que los requisitos no se cumplen y han tramitado los ceses de actividad. «No se pueden hacer excepciones, la norma es para todos», apunta.

El edil no oculta que como municipio no desean «concentrar los afters, por las circunstancias que provocan». Y advierte de que ha habido tiempo para dejar claras sus intenciones, por lo que la decisión no debe sorprender. Eso sí, destaca que todos ellos podrán realizar otras actividades de ocio (como bares o discos nocturnas) sí autorizadas.

Otro conocido lugar, el Row 14, en la autovía de Castelldefels, estudia qué pasos legales dar, y recuerda que la suya es una oferta de ocio de calidad, a cielo abierto, que solo abre los domingos con discjockeys de primer orden internacional, en una zona sin vecinos aunque con un club de tenis cercano (no en lo referente a los accesos) y atrae «a amantes de la música electrónica que en un 80% se acaban de levantar para ir a ver la actuación».

En plena polémica, el Ayuntamiento de Barcelona de momento multa la oferta local por incumplimiento horario y si hay reincidencias inicia el expediente sancionador, aunque muchos afectados arguyen que son bares, que sirven desayunos y no dejan bailar...