Jordi Bonet: «El caso del hotel del Palau ha destapado una forma de hacer»

Tras ser la artífice del encarcelamiento de Fèlix Millet por su insistente denuncia de irregularidades en la tramitación de las licencias del hotel del Palau, su gran victoria, la Associació de Veïns del Casc Antic estrena presidente.

-¿A qué se debe el relevo generacional justo en este momento?

-En el movimiento vecinal en general hace falta una apuesta por nuevos sectores sociales, gente joven, población llegada de otros países..., personas que no responden al perfil que hasta ahora había estado al frente de las asociaciones de los 70. En este sentido, la Associació de Veïns del Casc Antic ha tenido esa confianza, no solo en mi como presidente, sino también en otras personas que se han incorporado a la junta, y que responden a este nuevo perfil.

-¿Cuál es su hoja de ruta?

-Por un lado tenemos cuestiones de urgencia, como de qué manera afrontar el impacto de la crisis en barrios populares como el nuestro. Por otro, dados los últimos casos de corrupción que han sacudido el distrito, defendemos la transparencia y una participación ciudadana real que sirva para algo más que para legitimar las políticas existentes.

-¿Qué opinan de la creciente instalación de rejas y de cámaras?

-Como asociación, somos contrarios a la videovigilancia. Vulnera la privacidad y no hay evidencia empírica de que sea eficaz en la reducción de delitos. Sobre los cierres de espacios públicos, en principio también somos contrarios.

-¿Se les ha reconocido haber destapado el caso del hotel del Palau?

-La Administración lo havalorado, por ejemplo, no permitiendo que ninguna asociación de vecinos participe en la futura Agència de Ciutat Vella. El caso del hotel ha destapado una forma de hacer que, desafortunadamente, era habitual en la tramitación de licencias hoteleras y de actividad en Ciutat Vella. Se nos dijo que era una excepción, y después hemos visto, con el caso de Heliodoro y de Quílez, a otro nivel, que no solo había irregularidades con las licencias urbanísticas, sino también con las de actividad, terreno en el que la irregularidad se había convertido casi en norma. En ese sentido, la dimisión de Itziar González está vinculada a la voluntad municipal de continuar con la tramitación del hotel del Palau, incluso cuando esta ya empezaba a olerse fraudulenta.

-¿El distrito ha sabido reaccionar?

-Una cosa son las responsabilidades penales, y otra las responsabilidades éticas, que no son competencia de un juez. Es la ciudadanía quien tiene que pedir cuentas. Se habla mucho de desafección política, pero nosotros creemos que no hay desafección política. Mucha gente continúa manifestándose contra las injusticias. Lo que hay es desafección hacia una clase política que no sabe estar a la altura.