PROCESO PARTICIPATIVO

Un centro educativo innovador

El CEIP de los Encants estrenará edificio el próximo curso

Sin pupitres clásicos. Las aulas son contenedores de materiales educativos

Sin pupitres clásicos. Las aulas son contenedores de materiales educativos

LUIS BENAVIDES

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Los alumnos del colegio de educación infantil y primaria (CEIP) de los Encants ya han comenzado su último curso en los módulos prefabricados de Castillejos, 180. La construcción del tan esperado edificio definitivo, situado en la misma manzana, en el lado Llobregat de la esquina de Consell de Cent y Cartagena, comenzó en julio y avanza en los plazos previstos. 

El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) invertirá 4,3 millones para poner fin a seis años en barracones. El nuevo centro, con un total de 4.149 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas, tendrá capacidad para unos 450 alumnos en dos líneas o aulas por curso. Con el nuevo centro, el ente metropolitano mejorará las condiciones de los alumnos, entre 3 y 12 años, y dará respuesta a la falta de espacios comunes largamente reivindicados tanto por padres como profesores como un gimnasio o una sala de actos.

Singularidad

El proyecto ejecutivo preparado por el departamento de Espai Públic del AMB es sensible a las necesidades del proyecto pedagógico del colegio. Así, las paredes se amoldarán al proyecto educativo existente. «Hemos trabajado en el proyecto con unos condicionantes específicos porque esta escuela rompe con el concepto clásico de aula. Trabajan con ambientes, de forma más dinámica y estimulante para los pequeños», explica el arquitecto del AMB, Roger Méndez, redactor del proyecto y director de las obras.

El CEIP de los Encants es la única escuela no directiva de la ciudad de Barcelona. «Esto significa que los profesores deben escuchar las necesidades de los niños y ofrecerles diferentes opciones, de forma individualizada. Hay otras dos escuelas con una metodología similar, pero en Manresa y Ripollet», aclara la directora del centro, Agnès Barba.

En la práctica, la metodología no directiva sustituye las aulas, con las mesas encaradas a una pizarra, por espacios con múltiples opciones para el alumno. «En cada ambiente aprenden de manera muy práctica, con un gran cantidad de materiales que les permitan la construcción de su propia experiencia. En estos espacios se relacionan con otras personas, compañeros y profesores, algo que también valoramos mucho», añade la directora.

Para hacer compatible el nuevo edificio con los principios y la metodología de la escuela, profesores y padres presentaron al equipo de arquitectos del AMB un decálogo con los aspectos que debía asegurar el nuevo edificio. «Entre otras cosas, pedimos que los pasillos fueran un espacio común más, como una extensión del aula, y unas entradas relajadas, sin aglomeraciones », explica David Sebastián, miembro de la comisión de obras del ampa. «El nuevo edificio también tiene que tener una muy buena iluminación natural, y permitir que el verde del patio entre en el edificio», añade Sebastián, arquitecto de profesión y padre de dos alumnos, de 4 y 6 años. 

Para responder a estas peticiones, el proyecto dibuja, entre otras cosas, unos pasillos muy amplios y entradas diferenciadas, también terrazas. «Hemos visto una buena disposición por parte de los arquitectos, que han respetado la mayoría de nuestras consignas. En general, estamos satisfechos con el proceso participativo», cuenta Sebastián.

SOLUCIONES ECOLÓGICAS

La piel exterior del edificio, con chapa perforada, permite aprovechar al máximo la luz natural del exterior. «Este tipo de fachada con cierta porosidad nos permite hacer un control lumínico y, al mismo tiempo, evitar un exceso de radiación», explica Méndez, quien destaca otras soluciones pasivas a nivel energético, como la orientación y ventilación del edificio. 

Las terrazas y el patio, en un modelo educativo como el del CEIP de los Encants, son un aspecto fundamental. Está previsto colocar «especies como algarrobos y olivos», explica el arquitecto del AMB. Son árboles cortos, con mucha rama, y darán sombra al tiempo que estimulan sus inquietudes motrices. También árboles de flor, para interpretar la estacionalidad. 

Esta escuela pionera, del barrio de la Sagrada Família pero próximo a Fort Pienc, Poblenou y Clot, se suma a la lista de equipamientos y edificios singulares como la torre Agbar, el Disseny Hub y el mercado de los Encants, que podrían ocupar el entorno del desaparecido tambor de las Glòries.