Messi 3.0, la reinvención del 10

MARCOS LÓPEZ
Barcelona

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Un paso atrás para dar un par de pasos hacia adelante. Ese es el Leo Messi que disfruta Luis Enrique en el nuevo Barça que gira, como es tradición en los últimos años, alrededor de él. Así fue en el tramo final con Rijkaard (el técnico que lo hizo debutar entonces como extremo derecho) y luego con Guardiola (el entrenador con quien alcanzó la cumbre mundial como falso delantero centro), porque después no se movió con Tito ni con Tata (su peor curso con el técnico que, curiosamente, más le toleró), ubicado siempre en el centro del ataque. Hasta que ahora, con el ropaje de asistente, como un media punta de toda la vida, el nueve vuelve a ser el diez.

ROL MÁS CREATIVO / En la última semana, el Barça y, sobre todo, Neymar han disfrutado de la versión más generosa de Messi, un genio que se divierte ahora tanto regalando goles como cuando los marca. Ha participado en 9 de los 12 tantos que suma el equipo: tres llevan su firma y seis contienen su sello. Tan solo el envenenado disparo lejano de Rakitic y el cómodo gol de Pedro tras una gran asistencia de Alba (Levante) y el tanto de Munir (Elche) a pase del croata, se han escapado de la capacidad creadora de Messi. El argentino ha sido capaz, además, de asistir en la falta lateral que cabeceó Piqué (Apoel) en la primera acción de laboratorio del tándem Luis Enrique-Unzué.

Antes, Messi finalizaba como si no existiera otro registro en su juego, obsesionado como estaba (y está) con el gol. Ahora, en cambio, el delantero aprovecha su creatividad  y posición para socializar el gol entre los compañeros del ataque. Todos han marcado: Neymar (3 goles), Messi (3), Sandro (2), Munir (1) y Pedro (1). Solo queda, obviamente, Luis Suárez, que no debutará hasta finales de octubre. Y el equipo agradece ese nuevo disfraz de la estrella porque tiene un aire liberador. Es un vendaval de cambio para el Barça porque le da nuevos registros en ataque, al explorar vías que hace un año parecían totalmente en desuso.

LA LUZ DE NEYMAR / El impacto goleador directo de Messi ha descendido en relación al Barça de Tito y, por supuesto, de Tata. «No tengo ninguna duda de que Leo marcará muchos goles, muchos», sostiene convencido el técnico asturiano. Baja en el remate pero, sin embargo, aumenta notablemente la influencia del delantero  en el juego de ataque generando sociedades tan esperazandoras como la de Neymar. Con Martino apenas se veían en el campo, ya que el brasileño andaba pegado a la cal en la banda izquierda, mientras Messi ejercía de falso nueve. Con Luis Enrique no solo se han juntado al borde del área adversaria, sino que ahora también se invierten los roles:Leo pasa, Neymar remata. Así han llegado tres de los siete últimos goles (dos al Athletic y uno al Levante), conectados más que nunca.

TATA LO CONVOCA CON ARGENTINA

Esa faceta de asistente no es nada nueva en Messi, a pesar de que, en los dos últimos años, debía asumir mayor responsabilidad en el remate a medida que el equipo se desintegraba. Donde no llegaba el Barça, llegaban, llegarán, sus goles. Asistencias siempre dio, como en el inolvidable 5-0 del equipo de Pep Guardiola al Madrid de José Mourinho (noviembre del 2010), cuando él no marcó, pero regaló dos deliciosos pases de gol a Villa. Venía el Guaje arrancando desde la banda izquierda hasta el centro. Como viaja ahora Ney. Si hay un plan y hay receptores, la mirilla de Messi (convocado ayer por Martino para jugar dos amistosos en Asia con Argentina los próximos 11 y 14 de octubre) no se oxida nunca.