Una cita histórica

El Barça no se refugiará en el 3-1

Luis Enrique dice que el equipo buscará el gol ante un Villarreal que solo ha jugado tres semifinales y todas europeas

Luis Enrique se encamina a la sala de prensa, ayer.

Luis Enrique se encamina a la sala de prensa, ayer.

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Después de tres victorias (0-1 y 3-2 en la Liga y 3-1 en la ida), Luis Enrique no las tiene todas consigo. Prefiere prepararse para esperar al Villarreal que ha empatado en el Bernabéu y se ha clasificado para los octavos de la Liga Europa que con el Villarreal vencido. Espera también un adversario menos defensivo. «En algún momento tendrán que adelantar líneas y hacer mas cosas de las que han hecho», analizó, antes de asegurar que, pese a todo, no especulará con el resultado previo. «Si ganamos, no habrá sorpresas», dijo.

Entre la prudencia y la reivindicación osciló el discurso del entrenador y se verá así hoy al Barça. No se refugiará en el 3-1 pero tampoco se lanzará al ataque en busca de ese gol que acalle El Madrigal. No tiene ninguna necesidad de arriesgar. El estadio, además, genera más recelo que entusiasmo entre los azulgranas, que nunca se han sentido cómodos en él. Ni por las dimensiones del campo ni por los resultados: solo ha vencido en 5 de 14 visitas y ha marcado casi tantos goles como ha encajado (23 a 22). «Es un rival muy peligroso, pero nosotros también lo somos», resumió el entrenador.

LA PACHANGA Y LA ROMERÍA / Partidos de ese tipo son los que conmueven a los futbolistas. Para defender el enfado de Luis Suárez al ser sustituido en Granada, Luis Enrique se cargó un tópico: aquel que dice que los futbolistas quieren jugar siempre. Letanía que, por repetitiva, se ha convertido en un tópico. «Yo no. Yo no quería jugar todos los partidos. Los de romería, los de pachanga, los de suplentes no los quería jugar», replicó el entrenador, desvelando una postura que muchos niegan.

No es el caso de la cita de esta noche. Por ninguna de las dos partes. Mucho menos del Villarreal, que afronta la cuarta semifinal de su historia. Empezó el camino al revés: todas fueron en competiciones europeas. Y en todas sucumbió. En una fratricida con el Valencia en la UEFA 2003-04. En la todavía más dolorosa ante el Arsenal en la Champions (2005-06) que daba una plaza en la final de París con el Barça. Y con el Oporto (Liga Europa 2010-11).

Ese es el final que espera darle al Villarreal, «un equipo que sabe a lo que juega», según Luis Enrique. Por muy defensivo que le haya parecido hasta ahora. Intuye que no lo será tanto por la necesidad que tiene de marcar dos goles. «Si se abren, podemos ver un partido diferente», apuntó el técnico. Diferente lo será. «Estamos a 90 minutos de una final», argumentó Marcelino, que pidió a la hinchada castellonense una mano «para ganar cada balón dividido y que sean ellos los que metan el primer gol».