Mayoría cabreada

Las especies en vías de extinción son, por este orden, el oso polar, el tigre de Bengala, el coral, el canguro, la ballena y la tortuga de mar. Con motivo del Día Internacional de la Biodiversidad, la ONU alerta de la desaparición de 150 especies animales al día.

No es mejor lo que sucede en nuestra vida política, ya que no en vano formamos parte también del reino animal. Vi y disfruté la alegría compartida de los que participaron en la Via Catalana. Al día siguiente vi y sufrí las reacciones políticas y periodísticas capitalinas. ¡Qué contraste! ¡Estoy en vías de extinción! ¡Menudo choque climático!

¿Cómo puede sobrevivir en este nuevo ecosistema un federalista sin una mínima mutación evolutiva? Charles Bonnet aplicó la palabra evolución por primera vez en su Considérations sur les corps organisés, y luego vinieron Darwin y los ancestros comunes. Nada, estamos desapareciendo. ¿Cuántos debemos quedar? Observando las reacciones del Gobierno ante la Via Catalana, ¿cuántos debemos quedar? ¿Hay alguien ahí?

Como federalista, creo honestamente que lo que está sucediendo en Catalunya es fruto del nacionalismo metabólico y una buena dosis de toxicidad social. Me preocupa mucho más cómo salir del conflicto que el embrollo en sí. Dicho esto, el federalista se siente en vías de extinción cuando las reacciones le parecen peores que las acciones. Se le desdibuja al federalista la sinapsis cuando comprueba que, tras la última Diada, en Madrid se habla de mayorías silenciosas. ¿Hay alguien ahí? Se le secan al federalista las dentritas neuronales cuando comprueba que la alegría y la ilusión están solo de un lado. ¿Hay alguien ahí?

Como Franco

Vicepresidenta: permítame la licencia poética, pero debería usted tener claro que esto se va a la mierda si la respuesta a lo que sucedió el otro día en Catalunya es el cocoricó de la mayoría silenciosa. Esto lo decía Franco, ¿sabe? No, no lo debe usted saber. Mayoría cabreada.

Servidor, que ha sido muy crítico con la clase político-mediática de Catalunya, no acepta formar parte de su mayoría silenciosa. El otro día no fui a la Via Catalana, pero me niego a que usted me proteja con su silencio, con su desconocimiento, con su cinismo y con su enorme falta de talla política. No soy independentista por cuestiones que para mí lo son de responsabilidad política y social, pero le aseguro que le vendo mi nulo patriotismo español a precio de saldo. Usted, su Gobierno y la prensa ultramontana están dejando a su propio país a la altura del betún. ¿Qué piensan hacer? ¿Ni idea, no? ¿Hay alguien ahí? Todavía les veo recogiendo firmas contra el Estatut. ¿Cómo pretenden reconducir esto? ¿Choque de Alvias?