LA CARRERA ELECTORAL EN EEUU

¿Trump o Cruz? Las élites republicanas se posicionan

Parte de la jerarquía empieza a aceptar que cualquiera de los dos podría ser el candidato a la Casa Blanca

Trump se hace fotos con algunos simpatizantes durante un acto electoral en la Universidad de Iowa, el martes.

Trump se hace fotos con algunos simpatizantes durante un acto electoral en la Universidad de Iowa, el martes. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA

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Desde que comenzó la campaña para elegir al candidato republicano a la Casa Blanca, las élites conservadoras han tratado de cerrar el paso a los versos libres que amenazan con arrebatarles el control del partido mientras esperaban a que uno de sus discípulos surgiera como alternativa viable en los sondeos para cerrar filas en torno a su figura. Pero a solo cinco días para que comiencen las primarias en Iowa, esa última posibilidad sigue lejos de materializarse. Por el momento, no se atisban más platos en el menú que Donald Trump o Ted Cruz y, aunque resultan casi igual de indigestos para los donantes, lobistas y jerarcas del partido, muchos empiezan a ablandarse ante la perspectiva de que acaben haciéndose con el cetro de la nominación.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Trump planta a Fox News","text":"Donald Trump sigue yendo a la suya y reescribiendo las reglas de las campa\u00f1as pol\u00edticas en Estados Unidos. El favorito a la nominaci\u00f3n republicana ha confirmado que no participar\u00e1 en el debate de jueves\u00a0organizado por Fox News, el \u00faltimo antes del caucus de Iowa, debido a las desavenencias que mantiene con la todopoderosa cadena conservadora de Rupert Murdoch. Esas diferencias empezaron el pasado mes de agosto, cuando la periodista Megyn Kelly le pregunt\u00f3 por los insultos que ha dedicado p\u00fablicamente a algunas mujeres a lo largo de su vida. Desde entonces, Trump ha dicho que no participar\u00eda en otro debate que la incluyera como moderadora (como es el caso del pr\u00f3ximo en Des Moines) por el tratamiento \u201cinjusto\u201d que le ha dispensado. En su lugar, pretende recaudar fondos para veteranos heridos en combate."}}

Parte del 'establishment' se está acercando a Trump, como ha quedado patente estos últimos días en Iowa, donde ha aparecido arropado en sus mítines por el veterano senador Chuck Grassley o el jefe del Partido Republicano en el estado, Jeff Kaufmann, quien prometió apoyarle “al 1000%” si gana los caucus (asamblea electiva) del próximo lunes. El gobernador Terry Branstad se fue a cazar ciervos con el hijo del multimillonario neoyorkino, un gesto bastante explícito si se tiene en cuenta que días antes le había deseado la derrota a Cruz por su oposición a los subsidios al etanol, una industria clave para el potente sector agrícola de Iowa. “Cuando lanzó su campaña muchos pensaron que era una broma, pero está claro que Trump ha tocado algunas fibras sensibles”, dice David Yepsen, columnista del 'Des Moines Register', el diario más importante del estado, en una teleconferencia con periodistas extranjeros. “Las multitudes que asisten a sus mítines son fenomenales”.

El showman es astuto como un zorro. Los evangélicos son decisivos en Iowa y en otros estados de la fase inicial de las primarias como Carolina del Sur, Alabama o Arkansas. Y aunque Trump no parezca profesar más religión que el dinero y el culto a sí mismo, últimamente recalca su fe presbiteriana y abre sus mítines con una oración. La táctica le está dando réditos. La última encuesta le da 17 puntos de ventaja sobre Cruz entre los votantes evangélicos blancos de todo el país, a pesar de que senador por Tejas es hijo de un predicador y sus formas le acercan al fundamentalismo. También se ha ganado el respaldo del influyente Jerry Falwell Jr., presidente de la mayor universidad evangélica del país e hijo del telepredicador del mismo nombre que relanzó el poder de la derecha cristiana en los ochenta con la llamada “mayoría moral”.

PROFUNDA DIVISIÓN

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El coqueteo con Trump es puramente interesado y está llamado a enfriarse en cuanto aparezca otra alternativa que no sea Cruz. “Como partido, tenemos muchas más opciones de ganar con él y creo que muchos republicanos piensan igual”, dijo recientemente el exalcalde de Nueva York y candidato a la presidencia en el 2008, Rudolph Giuliani. “Entre Trump o Cruz, no hay ninguna duda”, terció el congresista Peter King. “Cruz no es una buena persona y como presidente sería imposible. Independientemente de lo que se piense de Trump, es lo suficientemente pragmático para que logre hacer algo. No veo en Trump la malicia que veo en Cruz”.Nada de esto quiere decir que el poder republicano se haya rendido unánimemente a los encantos de Trump.

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La división es profunda y tiene hechuras de guerra fraticida. El 'National Review', la revista creada en 1955 por William Buckley, el padre de la derecha moderna en Estados Unidos, dedicó su edición íntegra de la semana pasada a declararle la guerra al magnate inmobiliario. “Trump es filosóficamente un oportunista político que destruiría el amplio consenso ideológico conservador que existe en el Partido Republicano en favor de un populismo de libre flotación con tendencias autoritarias”, decía uno de los párrafos del editorial. Al manifiesto se sumaron numerosos pesos pesados del universo reaccionario, desde el ‘starlet’ del Tea Party, Glenn Beck, al director del 'Weekly Standard', Bill Kristol.

Lo cierto es que el empresario se ha pasado la vida haciendo tratos para comprar hoteles o recalificar terrenos, mientras que el senador se ha hecho un nombre por su rechazo a hacer la más mínima concesión ideológica. Trump es un oportunista; Cruz, un dogmático.