El nuevo estadio del Badalona

El Estadio del Badalona ya va alcanzando nivel de postal. La cubierta de la tribuna le da un empaque especial, pero aunque lo parezca no ha sido una grúa elevadora la que ha elevado la estructura hacia el cielo badaloní. Lo han hecho muchas manos, muchos corazones, muchos años de esfuerzos de gente comprometida con su ciudad y con una de las entidades que mejor la representa.

No ha sido la grúa la que ha elevado la autoestima de una gente con una gran capacidad de esfuerzo, de supervivencia ante dificultades en cadena.

Me alegro muchísimo por ese club que dirige Miguel Ángel, con un grupo de gente excepcional de dentro y fuera del club que están haciendo posible el sueño.

Ha sido una espera paciente y constante con el deseo de que algo emocionante cada día pudiera suceder, convencidos que el estadio no era una carrera sino un destino.

Para desconcierto de algunos, la jaula se convierte en pájaro.

Como si la nueva tribuna con sonrisa seductora dijera: “Aquí me tienes, vuelve a intentarlo”.

Y es que dice la sabiduría popular que el mejor gobierno es el que deja a la gente en paz. La vida muchas veces queda definida en dos palabras: sigue adelante.

Me encanta ir a ver el Badalona, el mejor argumento para saludar a los viejos amigos que allí tengo, con los que siempre he compartido la osadía de arriesgarnos a estar juntos.