El mitin: la teatralización de la política

Si hay un elemento distintivo que nos sitúe en periodo de campaña electoral es el mitin político. La primera noticia que levantó sospechas sobre la posibilidad del adelantamiento electoral en Catalunya fue la filtración de la reserva delPalau Sant Jordipor parte de CiU para realizar su mitin final de campaña. Ya en las elecciones del 2010, el mitin de CiU celebrado en el Palau Sant Jordi fue como una especie deprofanación del santuario socialista, una fiesta de sonrisa y confeti que intuía la victoria convergente.

Tradicionalmente elmitin era el elemento central de la comunicación política. En un mundo donde los medios de comunicación eran incipientes, el mitin era el punto de encuentro entre el candidato y el electorado, un espacio de información donde se perseguía convencer a los asistentes.

En la actualidad, el mitin es una 'performance'de imagen, una escenificación que no pretende convencer al respetable que viene convencido de casa, ya que el 99% de los asistentes sonmilitantes y simpatizantesconvocados para"abarrotar"el espacio y agitar los banderines.

Para el equipo de campaña, lo más importante de un mitin es la imagen que transmite a los espectadores a través de 20 segundos en televisión. Una imagen que será positiva o negativa en función de tres elementos: aforo completo, asistentes ovacionando y candidato sonriente. Si estos tres requisitos se cumplen, el mitin ha ejercido su función: transmitir al espectador la potencia de la campaña, el seguimiento al candidato y el apoyo social a la candidatura. Elproselitismo político directo ya no está entre susobjetivos.