China ataca con dinero más barato y liquidez

Un inversor sigue los monitores de la bolsa en Kuala Lumpur, Malasia, ayer martes.

Un inversor sigue los monitores de la bolsa en Kuala Lumpur, Malasia, ayer martes.

ADRIÁN FONCILLAS-OLGA GRAU / PEKÍN-BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un paisaje de derrumbes bursátiles diarios, riesgos de fuga de capitales y economía flácida empujó a Pekín a aprobar ayer otro paquete de medidas rotundas para tratar de apuntalar el crecimiento económico en la previsión oficial del 7% para este año. El Banco Popular de China recortó en 0,25 puntos los tipos de interés para préstamos por quinta vez en apenas un año hasta dejarlos en el 4,6 %. La misma rebaja en los depósitos situó a estos en 1,75 %. Y redujo en 50 puntos básicos las reservas exigidas a la banca, ahora fijada en el 18%, lo que liberará recursos de las entidades financieras que podrán destinar a conceder más préstamos y alimentar el circuito económico. Es el segundo recorte doble (tipos y coeficiente) aprobado en los dos últimos meses.

El gobernador del banco central, Zhou Xiaochuan, se refirió ayer a presiones a la baja y explicó que los ajustes son necesarios para «reducir el coste social de financiación y promover el desarrollo sano y sostenible de la economía real». Algunos expertos habían asegurado que la batería de medidas aprobadas en los últimos meses no habían llegado a los sectores más castigados de la economía como las pequeñas y medianas empresas.

Los últimos datos sobre exportaciones y la producción manufacturera plantean un panorama inédito en el gigante asiático: que la economía china no alcance los pronósticos oficiales cuando años atrás los superaba con creces. Muchos expertos opinan que el crecimiento bajará del 7 % previsto por Pekín, un porcentaje que, de cumplirse, también sería el menor en décadas y muy alejado de los dos dígitos.

De hecho, la caída de las exportaciones empujó a una devaluación del yuan durante tres días consecutivos de agosto que podría estimular una masiva fuga de capitales a destinos más estables. El recorte del valor del yuan respecto al dólar ha sido de alrededor del 5% y ha arrastrado a las divisas de las principales economías emergentes.

Los recortes de tipos en China llegaron horas después de una nueva sangría bursátil en el país. La bolsa de Shanghái, de referencia en China, se dejó un 7,63 %. Las pérdidas acumuladas durante las últimas cuatro jornadas superan el 22 %, las mayores desde el tsunami financiero en Asia de 1996. Su índice cayó por debajo de los 3.000 puntos por primera vez desde diciembre. El resto de bolsas asiáticas, ya cerradas cuando Pekín anunció las últimas medidas, rebotaron en los últimos compases de la sesión, tras haber sido arrastradas en la caída por las chinas. La singapuresa subió un 1,7 %; la coreana, casi un 1 %; la taiwanesa, un 3,6 %; y la hongkonesa, un 0,7%. Sólo la japonesa registró pérdidas de un 4 %.

El plan de dopaje para la economía china anunciado ayer logró calmar los ánimos de los mercados en Europa y en EEUU tras un inicio de semana funesto en el que el Ibex 35 se dejó un 5%, la mayor caída de los últimos tres años.

Ayer las bolsas abrieron ya con apetito comprador tras la escabechina del día anterior y el principal selectivo español recuperó al cierre el nivel de 10.100 puntos con la mayor subida en dos meses, el 3,68%. En Europa, con el euro a 1,141 dólares, Milán subió el 5,86%; Fráncfort, el 4,97%; el índice Euro Stoxx 50, el 4,69%; París, el 4,14%; y Londres, el 3,09%.

La gran volatilidad que impera en los mercados se explica, además de por los indicadores económicos más pesimistas sobre la economía china, por la elevada especulación  que genera un mercado veraniego con menos volumen.

La mayoría de los expertos consultados descartan que el mundo se encuentre a las puertas de una crisis global propiciada por un aterrizaje brusco de la economía china. Y ayer mismo el vicepresidente del BCE, Vítor Constacio, afirmó que no se prevé que se vaya a producir un fuerte debilitamiento de la economía china y añadió que la depreciación del yuan «no es un factor importante para la zona euro».

«La devaluación por sorpresa del yuan y el hundimiento de la bolsa han puesto en duda que los responsables políticos y económicos chinos tengan el control de la situación», sostiene el servicio de estudios de Bankia, que señala sin embargo que «el pesimismo actual tanto para la situación de China como para la economía mundial parece excesivo» ya que los datos chinos no alertan de un aterrizaje brusco de su economía.

No obstante, los expertos auguran fuertes turbulencias y no descartan nuevas devaluaciones del yuan. El responsable de inversiones de Robeco, Lukas Daalder, señaló ayer que «el actual pánico forma parte del incremento de la volatilidad más que del inicio de una larga corrección», pero alertó de que «los inversores deben prepararse para grandes movimientos de precios y una creciente incertidumbre».

TEMAS