"Si dejo Chile, seguiré trabajando fuera"

Jordi Munuera (30 años) cambió el chip sobre su futuro laboral tras asistir a unas conferencias en el Col·legi d'Enginyers de Camins, donde planteaban la posibilidad de ir a trabajar al extranjero, en concreto a Brasil y Chile. "Tuve claro que mi destino tenía que ser Chile, porque era un lugar más seguro, al que me podía adaptar mejor", explica. Aunque trabajaba en una empresa catalana, algo le dijo que su futuro no era en su tierra natal; dejó la compañía ("cerró seis meses después, no fue mala decisión") y se fue a probar suerte a Chile con un visado de turista.

"Al llegar me puse a buscar trabajo, y en un portal de empleo encontré una oferta que se adaptaba a mi perfil. Pasadas dos semanas me llamaron, y empezó el proceso de selección, que duró dos meses. Fue largo, pero al final me eligieron", relata. Solventó problemas con los visados ("en Chile al menos es posible lograr un visado de trabajo sin muchos problemas") y ahora lleva ya dos años en el país sudamericano.

Munuera es jefe de proyectos en el Metro de Santiago. "Actualmente estamos trabajando en un proyecto de accesibilidad universal para incluir ascensores en las estaciones de las líneas más antiguas del metro, que fueron construidas a mediados de los 70", explica.

"Cuando me planteé venir a Chile, lo hice con la idea de estar fuera de España hasta como mucho el 2020. Pero después de dos años aquí, creo que estaré un máximo de tres años más y luego me iré a otro país extranjero, pues aunque el nivel de vida es bueno, la sociedad es muy clasista, demasiado neoliberalismo", relata.

"El problema del paro en España no existe en otros países. Hay que abrirse de miras y estar dispuesto a trabajar fuera", concluye.