LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Una casa hecha en casa
WikiHouse es un sistema para participar en la construcción de una vivienda desde el diseño al acabado
La innovación en el mundo digital le ofrece al individuo capacidades -sobre todo por lo que se refiere a decidir sobre su vida y entorno- difícil de imaginar no hace tanto tiempo. Y no se trata solo de decidir sobre qué muebles o qué casa puede uno comprase, sino de intervenir incluso en su diseños, la composición de los materiales y la construcción misma. La casa hecha en casa -o home-made si se respeta su origen británico- ya no es el futuro de la construcción. Es una realidad tan cercana que puede verse y tocarse en la zona dedicada a la innovación de Beyond Building Barcelona Construmat, el salón bienal de la construcción que ayer abrió sus puertas en el recinto ferial de Gran Via.
Alex Whitcroft, diseñador británico fundador de la consultora Zero-Zero es el responsable del proyecto WikiHouse. Su referencia a la sociedad de internet apunta a un modelo democratizado de construcción. "Es una fórmula de fabricación digital que permite que cualquier persona pueda diseñar su propia casa. Los diseños son gratuitos. Puedes descargarlos y adaptarlos al entorno y a los materiales locales", explica Tomás Díez, responsable del área de innovación de BBB-Construmat y miembro de Fad Lab Barcelona, laboratorio para la fabricación de objetos digitalmente.
Las ventajas no acaban ahí. "Puedes construir una casa en dos o tres días con cuatro personas. Es una casa bastante fácil de construir. Y su coste es muy bajo", agrega. El coste principal es el de los materiales y el de la fresadora digital para cortar los paneles de madera reciclada con la que se construye la casa. De 40 metros cuadrados es la que ayer comenzó a edificarse en la Fira, pero puede llegar a levantarse una vivienda de hasta dos pisos de altura. "Un problema social es tener alojamiento de calidad a un precio razonable. Y pagable por todos. No es razonable hipotecarse de por vida para pagar la casa", defendió ayer el decano del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya, Lluis Comeron. En su opinión, las nuevas tecnologías del sector "deben ayudar a tener más calidad por menos coste".
Algo en lo que coincide plenamente Massimo Moretti, responsable de Wasp, la empresa italiana que ha desarrollado impresoras en 3D para fabricar casas. "Hay una gran necesidad de vivienda en el mundo. Con este sistema el coste de fabricación es pequeño", comenta. Wasp ha traído al certamen una impresora de tres ejes con la que imprime columnas de hormigón con diseños singulares, pero la compañía trabaja en una gran impresora tridimensional de 12 x12x12 metros con la que podrá construir casas desde los cimientos al techo. "En un par de años lo podremos hacer", explica.
El camino parece trazado: "La fabricación de edificios que respondan al entorno de una manera más responsable e inteligente, y que las personas puedan ser parte de la producción", afirma Díez.
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