CONFLICTO EN EL TRANSPORTE

El Govern avala que los VTC se deban reservar una hora antes en Barcelona

El taxi vota este miércoles si se acepta la normativa, que Calvet aprobará con o sin acuerdo, y Uber y Cabifty aseguran que dejarán la ciudad si se aprueba el decreto en estos términos

Taxistas frente al Departament de Territori.

Taxistas frente al Departament de Territori. / RICARD CUGAT

Carlos Márquez Daniel

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Quinto día con la Gran Via ocupada por los taxistas. Y cuarto día con los VTC instalados en la Diagonal. Curioso que ambas arterias se encuentren en la plaza de las Glòries, el lugar más patas arriba de toda Barcelona. Sirva el dato para explicar un poco cómo se ha desarrollado el debate sobre la regulación de Uber y Cabify que el Govern tiene entre manos. Finalmente, si no lo impide una crisis política que no se espera (todavía) o un desastre natural, dentro de una semana se publicará el decreto ley de la Generalitat que creará un nuevo tablero de juego para los vehículos de alquiler con conductor, los coches negros de la matrícula trasera azul. El conseller Damià Calvet ha confirmado que nada lo evitará. Ni la amenaza de las ‘apps’ de irse de la capital catalana ni el resultado de la votación que los taxistas han convocado el miércoles en la plaza de Catalunya.

La jornada ha vuelto a ser maratoniana en materia de reuniones. Aunque ciertamente desigual en función del gremio. Porque si con los taxistas y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) el encuentro con el responsable del Departament de Territori i Sostenibilitat se ha alargado durante tres horas y 20 minutos, con la patronal de las VTC apenas ha llegado a la media hora. Con los primeros había mucho fleco por cubrir y muchos temores que apaciguar. Con los segundos, si se mantenía la idea de que sus servicios se tendrían que precontratar con al menos 15 minutos de antelación, había poco que discutir. Los representantes de Unauto VTC se han marchado muy enfadados y asegurando que Uber y Cabify se irán de Barcelona al día siguiente de la aprobación del decreto. No sin prometer batalla legal, la que ya anunciaron: esos 1.100 millones en indemnizaciones a todo aquel que osara alterar su funcionamiento. Consideran que el Govern “ha cedido al chantaje del sector del taxi” y dicen que solicitarán “ayudas para los 4.000 trabajadores afectados por el cierre forzoso de las empresas”.

Si se analiza el relato desde el viernes, cuando en el Consejo del Taxi Calvet dio los detalles de la normativa y los taxistas se instalaron enfurecidos en la Gran Via, lo cierto es que el redactado del decreto apenas ha variado. Sí ha entrado en escena, como era previsible, el AMB presidida por Ada Colau. Y en lo fundamental, con el anuncio y la promesa de que el reglamento metropolitano ampliará de un cuarto de hora a 60 minutos el tiempo de antelación con el que deberá solicitarse un VTC. Se pierde la inmediatez, que es precisamente lo que la Administración, tanto la catalana como la barcelonesa, coinciden que no puede existir en los coches negros porque eso es un coto privado del taxi. 

Votación este miércoles

Los taxistas han improvisado una asamblea al terminar la reunión y se han citado el miércoles a las 11 horas para votar en urna en la plaza de Catalunya. Votarán si quieren que Uber y Cabify elimine la geolocalización, es decir, que los clientes no vean los coches antes de pedir un chófer. Votarán si les parece bien que los VTC no puedan ir dando vueltas sin viajeros o aguardar en cualquier esquina a que alguien requiera de sus servicios. Votarán si es conveniente que sean las policías locales las que sancionen y cobren las infracciones de los autos negros, evitando la montaña administrativa que ahora terminaba en una mesa de Territori. Y votarán si quieren que el decreto diga 15 minutos y el AMB lo lleve hasta los 60.

Alberto Álvarez, portavoz de Élite Taxi, ha detallado los puntos micro en mano. Este último ha sido el más abucheado, ya que el gremio tiene muy reciente el intento del gobierno metropolitano de crear una licencia propia para los VTC. Intento porque las demandas e impugnaciones evitaron que se llegara a aplicar. Y ahí sigue, en los juzgados. Han sido muchos los taxistas que se han acordado de aquello.

Luis López, de Taxi Companys, les ha explicado que el Govern incluirá en el decreto “una disposición adicional que dará viabilidad a regular una hora de precontratación”. Calvet, que ha comparecido el último, lo ha aclarado. Resulta que el decreto ley aprobado por el gobierno de Pedro Sánchez el año pasado incluye un punto que permite a las autonomías y a los poderes locales “modificar horarios y poner restricciones por razones de congestión o de medio ambiente”. O lo que es lo mismo: cómo matar a Uber con el tráfico y los humos.

Hay, sin embargo, ciertas diferencias sobre cómo puede afectar la votación del miércoles. “Si damos un ‘sí’, el martes el decreto está aprobado”, se ha dicho en la asamblea de taxistas. Según ha puntualizado Calvet, si gana el ‘no’, saldrá igualmente adelante. Lo que le suceda a la ciudad si vencen los que no se fían de la Generalitat ni del AMB es una incógnita. Pero conocidos los antecedentes, cualquiera se puede ir haciendo una idea. 

Más allá de la ciencia ficción, sí parece seguro que a Territori le empezarán a caer demandas como panes. “Este tema se acabará judicializando, estamos acostumbrados, no será la primera vez; pero esto no detendrá en decreto”, ha avanzado Calvet, que ha insistido varias ocasiones en la “robustez jurídica” de la propuesta. Preguntado sobre la amenaza de Uber y Cabify de marcharse de Barcelona, ha evitado citar “marcas comerciales” y se ha limitado a recordar que la intención de su equipo ha sido siempre la de “regular a favor de los ciudadanos y evitar que las VTC hagan de taxi”. “Con este decreto lo conseguimos”, ha sentenciado. Y sobre posibles rencillas en el seno del Govern -todo eso de que desde el Departament de Economia igual no se comulgaba con tanta regulación-, ha asegurado que son como la Patrulla Canina: una sola voz.

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