LAS CLAVES DEL 17-A

Los puntos oscuros de la investigación del atentado

La actuación previa y posterior a los ataques deja aún muchas incógnitas

Vivienda de los terroristas en Alcanar, en la urbanización Montecarlo, que saltó por los aires al estallar los explosivos que manejaban.

Vivienda de los terroristas en Alcanar, en la urbanización Montecarlo, que saltó por los aires al estallar los explosivos que manejaban. / periodico

El Periódico / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuando se cumple una semana de los atentados de Barcelona y Cambrils, la investigación tiene aún puntos oscuros por resolver y muchas incógnitas que deben plantearse alrededor de la actuación de los terroristas, de las fuerzas de seguridad y de las autoridades políticas y judiciales.

1. ¿Se reaccionó a tiempo en Alcanar?

La casa de Alcanar donde se registró la deflagración del material explosivo que almacenaba la célula terrorista de Ripoll estuvo ocupada de forma ilegal por el imán y varios de sus compañeros durante casi un año, en el que iban y venían y donde fueron almacenando más de un centenar de bombonas de butano y explosivos y material químico sin despertar sospechas. 

La vivienda era una torre unifamiliar en una urbanización poco transitada y propiedad de un banco que había sido ocupada ilegalmente por los miembros de la célula sin que nadie le echara, molestara ni denunciara. Al parecer ni siquiera pinchaban la luz o el agua. Y como no había problemas de convivencia, los pocos vecinos --muchas casas son segundas residencias-- no alertaron del constante trasiego de bombonas.

El pasado miércoles por la noche se produjo una explosión accidental en la que murieron dos personas: el imán Abdelbaki Es Satty y el joven Youssef Aallaa, de 20 años, cuyo hermano fue detenido y declaró este martes en la Audiencia Nacional. Sobrevivió Mohamed Houli Chemlal, que en aquel momento se hallaba en el porche y que ya está en prisión.

La explosión sólo se relacionó con los atentados tras hallar en la furgoneta de La Rambla su documentación. Fuentes de la investigación señalan que debido al fuerte olor a acetona que había en la zona es fácilmente entendible que los primeros agentes, una vez descartada la acumulación de gas butano, la relacionaran con un laboratorio de drogas, ya que es un producto necesario para cortar cocaína.

Y probablemente, salvo que hubieran acudido miembros de los Tédax de la Guardia Civil, agentes del Instituto Armado de alguna localidad próxima habrían llegado a la misma conclusión que los Mossos. Incluso con los expertos en explosivos la relación directa habría sido complicada, ya que las 120 bombonas que acumulaban, no todas llenas, estaban bajo los escombros.

Marruecos ha detenido a tres personas por su presunta relación con los atentados, una de ellas es de profesión butanero y había vivido hasta hace poco en Ripoll, en el mismo bloque que Younes Abouyaaqoub, el autor del atentado de la Rambla. Si las autoridades marroquíes informan de la vinculación de algunos de ellos con los atentados del día 17, la Audiencia Nacional cursará la correspondiente comisión rogatoria, para completar la investigación. Como Marruecos no entrega a nacionales, si apareciera esa relación, se le juzgaría allí. 

2. Solo Bélgica puso freno al imán

Abdelbaki Es Satty era el imán de Ripoll desde el 2015 y hasta hace apenas dos meses, cuando pidió tres meses de permiso --los imanes están legalmente contratados por la comunidad que les acoge-- para ir a Marruecos y se lo denegaron. Ya se había ido en el 2016 tres meses para ir a Bélgica. Se enfadó y se despidió del trabajo. Desde entonces, los musulmanes de Ripoll aseguran que no sabían nada de él. Pero se seguía reuniendo con quienes habían sido sus acólitos.

En Bélgica, donde intentó  buscar trabajo en el 2016, fue la propia comunidad musulmana quien le expulsó. Para ejercer, un imán ha de probar que no tiene antecedentes. A Es Satty le pidieron el certificado de penales y no quiso darlo. Había estado condenado en España en el 2010 a cuatro años de cárcel por tráfico de hachís y cumplió condena en Castellón. Un juez anuló su expulsión de España -frecuente tras una condena judicial- por considerar que estaba "arraigado en España" y no haberse acreditado que supusiera una “amenaza real y suficientemente grave para el orden público o la seguridad pública”.

El nombre de Es Satty había aparecido en la sentencia de la operación 'Chacal', investigación desarrollada en el 2006 contra un grupo yihadista al que se acusaba de ayudar a huir a uno de los vinculados al 11-M. En concreto, su documentación apareció entre los papeles de Mohamed Mrabet Fhasi, un carnicero de Vilanova i la Geltrú, que fue condenado por la Audiencia Nacional por reclutar terroristas. El Tribunal Supremo anuló la sentencia por falta de pruebas.

3. Los contactos de la célula

Una vez abatidos o detenidos los 12 miembros que supuestamente constituían la célula yihadista, los Mossos investigan ahora si tenían conexiones o apoyo logístico. La policía catalana ha localizado documentación de varios de ellos en una masía de Riudecanyes (Baix Camp) y la furgoneta del imán aparcada en Sant Carles de la Ràpita. 

También se investiga qué ayuda tuvo el autor del atentado de la Rambla de Barcelona, Younes Abouyaaqoub, tras su huida desde la Diagonal, para la que secuestró y mató al vecino de Vilafranca del Penedès (Alt Penedès) Pau Pérez. El terrorista fue abatido cuatro días más tarde en un viñedo de Subirats (Alt Penedès). Se había cambiado de ropa y llevaba un botellín de agua en la mano.

Además, los terroristas habían ido a París pocos días antes. El Audi A3 en el que viajaban y que se saltó el control policial en Cambrils, tras el que fueron abatidos por los Mossos, fue detectado por un radar cerca de la capital francesa. Se investiga el motivo de la visita.

4. Acusaciones por la coordinación policial

Los atentados de Barcelona y Cambrils cuestionan la cooperación entre los diferentes cuerpos de seguridad. Los Mossos d'Esquadra han liderado la investigación de los atentados en Barcelona y Cambrils, bajo la supervisión del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, pero, según fuentes jurídicas, policías y guardias civiles han participado en las pesquisas desde que se constató que era un atentado. 

Entre los políticos ha han cruzado acusaciones. La Generalitat no ha aclarado en qué circunstancias le llegó la advertencia de la CIA sobre el riesgo de un atentado en la Rambla de Barcelona, como publicó este diario. El Govern también ha denunciado que los Mossos no estén presentes en el CITCO o en organizaciones policiales de carácter internacional como Europol. Tampoco hasta julio se había reunido la Junta de Seguridad, que convoca el Ministerio del Interior, como había pedido repetidamente Catalunya. La anterior vez fue en el 2009.

La Generalitat sostiene que se ha compartido toda la información con la Policía Nacional y la Guardia Civil, en respuesta a la acusación de algunos sindicatos de estos dos cuerpos policiales. Las declaraciones del alcalde de Vilvoorde sobre sus alertas a España sobre Es Satty han sido negadas por la Policía y la Guardia Civil.

5. Los medios y el control de la Diagonal

El despliegue de los Mossos d'Esquadra para los atentados de Barcelona ha sido el mayor realizado por la policía catalana hasta la fecha. Un esfuerzo hecho a pesar de los recortes salariales que sufren y el déficit de efectivos que denuncian sindicatos y, últimamente, también el gobierno catalán, que necesita el permiso del español para convocar nuevas plazas. 

Los controles policiales se han revelado eficaces, como prueba que un solo mosso abatiera a cuatro terroristas en Cambrils, pero que Younes Abouyaaqoub se saltara el control de la Diagonal lleva a dudar de los medios dispuestos en ese filtro. 

6. El debate de los bolardos

La conveniencia del uso de bolardos y otras barreras arquitectónicas, como grandes maceteros, para obstaculizar el acceso de vehículos a paseos y recintos en los que se congregan muchas personas también está siendo objeto de debate. 

Varios partidos, entre ellos el PP, han acusado de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de haberse negado a instalar bolardos "para no convertir la ciudad en una fortaleza". El pasado lunes, Adif optó por ponerlos en el exterior de la estación de Sants.

Barcelona en Comú ha recordado este martes, ante la reunión de la Junta de Seguridad de Barcelona, que el Ministerio del Interior solo aconsejó la instalación de bolardos "de manera provisional durante las fiestas de Navidad". "Y así se hizo", concluye.