Aparece una gran cavidad bajo los edificios desalojados de Poblenou

Los técnicos investigan si las obras de dos hoteles causaron la desaparición de las arenas de la capa freática

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El desalojo de urgencia de tres edificios de la calle de Llull el pasado miércoles fue una decisión más que acertada a la vista de la gran cavidad que los técnicos han descubierto en el subsuelo de la finca central, la situada en el número 155 de esa calle. Los bomberos ordenaron el miércoles por la mañana el desalojo de los 32 vecinos de esos inmuebles cuando, tras el aviso de un obrero que realizaba unos trabajos en uno de los pisos, se descubrió una grieta de unos 20 centímetros de anchura en una de las paredes de carga. Aquello ya era una razón más que suficiente para la emergencia. La sorpresa ha sido cuando, pasadas 24 horas y en busca de las causas de la grieta, ha sido descubierta esa cavidad en lo que deberían ser los cimientos del edificio.

Las arenas de las aguas freáticas literalmente han desaparecido. ¿La causa? Los vecinos señalan a las obras de los dos hoteles que se construyen en la acera de enfrente. Durante diversas fases de los trabajos ya han denunciado las vibraciones que causan esas obras y la aparición de grietas, lograron incluso una paralización temporal de los trabajos, pero no llegaron a intuir la gravedad absoluta de la situación hasta que este mediodía el Ayuntamiento de Barcelona les comunicó los resultados de los primeros análisis.

El caso será objeto de hasta cinco estudios técnicos. Uno, a cargo del ayuntamiento. Otro, del dueño de las tres fincas. Un tercer análisis lo llevará a cabo la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona. Los dos últimos son los correspondientes a las empresas responsables de la construcción de los hoteles. Esos dos proyectos están paralizados a la espera de que se determine si, como no descarta el ayuntamiento, la desaparición de los cimientos tiene su origen en las obras de los hoteles.

REGRESO A CASA

Los vecinos de las fincas de los númeroa 153 y 157 podrán volver a casa tal vez el viernes o el sábado. Fueron desalojados porque las vigas del inmueble del número 155 se apoyan en las paredes medianeras. Los vecinos de esa escalera, la más afectada, deberán esperar unas dos semanas para regresar a sus hogares, una para encontrar con certeza la causa de los sucedido y otra más para rellenar con hormigón la cavidad y garantizar así la solidez de la estructura. En estos momentos, según ha explicado el concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, el edificio se aguanta gracias a solo dos de sus cuatro muros de carga.

En las fincas colindentes, de forma preventiva, se han colocado sensores para analizar en todo momento cualquier alteración, pero los bomberos sostienen que los edificios son seguros. Con todo, los vecinos reclaman que, en caso de que se confirme que la responsabilidad de lo sucedido es de los hoteles, se anulen las licencias concedidas.